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Por Alejandro Alvarez (h.) *

Desde la universidad debemos ayudar a diagnosticar, pensar, proponer y construir un país mejor para todos. La última dictadura y luego el terror económico del menemismo no sólo persiguieron y empobrecieron, también degradaron y vaciaron cultural y simbólicamente al país. La Argentina pasó a ser un país sin futuro: masiva exclusión social, destrucción del sistema educativo, éxodo de cerebros desde la Noche de los Bastones Largos, debilitamiento de los campos intelectuales y del movimiento estudiantil. El gobierno del presidente Néstor Kirchner ha definido las principales líneas de acción para instalar las nuevas convicciones llevando a la práctica los más profundos ideales justicialistas. Revalorizando el conocimiento argentino, este gobierno ha colocado en un lugar estratégico la investigación científica y la innovación tecnológica como pilares para un desarrollo social más equitativo. También la reciente decisión de destinar 62 millones de pesos a obras de infraestructura en universidades de todo el país representa una conquista inédita para el movimiento estudiantil organizado. Universidades mejor equipadas, con edificios recuperados y modernizados podrán impulsar proyectos que permitirán al país recuperar el tiempo perdido. A esto se suma la decisión, para 2005, de aumentar 60 millones al presupuesto universitario, destinado a jerarquizar y dejar atrás años de sistemática postergación, para apoyar los programas de investigación, para construir un país más universitario y federal.
* Consejero nacional de la JUP.