UNIVERSIDAD › DESDE EL PJ SE INSISTIO CON COBRARLES A LOS ALUMNOS
El eterno retorno del arancel
A cargo de la Comisión de Presupuesto de Diputados, Matzkin propuso arancelar y ajustar,
en oposición a lo planteado por Giannettasio.
Por Javier Lorca
”Aquel que tiene capacidad para pagar algo debería hacerlo.” El titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, Jorge Matzkin, se refirió así, ayer, a la posibilidad de arancelar los estudios universitarios. Con esas palabras, el legislador justicialista prendió la mecha de un debate nunca cerrado y marcó el primer entredicho del nuevo oficialismo en materia educativa. Hace sólo algunas horas, apenas designada en el cargo, la flamante ministra de Educación, Graciela Giannettasio, había proclamado su intención de defender la gratuidad de la educación.
Las declaraciones públicas de Matzkin cayeron como plomo sobre la comunidad universitaria. Sobre todo por el contexto en el que se produjeron. El 2001 se terminó sin que las universidades públicas hayan recibido la totalidad de los 1800 millones de pesos presupuestados (se les deben más de 230 millones, entre los salarios de diciembre, medio aguinaldo y gastos de funcionamiento) y, justo en estas horas, comienza a definirse el próximo Presupuesto. Y en el Congreso será clave la gestión de la comisión que preside el ahora polémico Matzkin.
Ayer, el diputado aseguró que el futuro Presupuesto nacional deberá sufrir un nuevo ajuste, esta vez de unos ocho mil millones, y propuso discutir el arancelamiento de las universidades. “Aquel que tiene capacidad para pagar algo –dijo– debería hacerlo y el que tiene capacidad para estudiar y no puede pagar, recibir una beca”, insistió, en declaraciones radiales.
Lo cierto es que la Ley de Educación Superior, sancionada en 1995 bajo el influjo menemista, abre la posibilidad de cobrar aranceles en las universidades públicas. Pero también es verdad que la Constitución Nacional y la propia ley garantizan la autonomía de las casas de estudios superiores, por lo que el Gobierno no podría obligarlas a aplicar un arancel si no media una reforma normativa. Aunque sí podría ahogarlas con restricciones presupuestarias e inducirlas a cobrarles a los estudiantes.
Lo llamativo es que esta misma semana, consultada sobre la posibilidad de arancelar los estudios de grado, Graciela Giannettasio había sido más que explícita: “El problema pasa por otro lado... La solución es más inversión desde los fondos que reciben las universidades, invertir, transparentar los manejos y evitar desvíos”. Habrá que ver quién gana la pulseada, sin olvidar que, antes de llegar al Ministerio de Economía, Jorge Remes Lenicov nunca ocultó que estaba a favor del arancelamiento.
Los rechazos de la comunidad universitaria no se demoraron:
- “El Gobierno de Duhalde empezó con el discurso de que iba a enfrentar las políticas neoliberales y ahora uno de sus diputados pretende terminar con uno de los últimos reductos de conocimiento crítico que le quedan al país –dijo, en diálogo con Página/12 Iván Heyn, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA)–. Que el Gobierno no se olvide de que el movimiento estudiantil cambió de signo y ya no negocia, sino que confronta. Si van a atacar a la universidad, nos van a tener en la calle. No vamos a permitir que arancelen”, avisó.
- “En estos momentos debemos generar mecanismos que garanticen educación para todos. Porque además de formar ciudadanos, la educación cumple un rol igualador al achicar la brecha entre pobres y ricos. Y la educación pública y gratuita es una garantía para este proceso”, dijo a este diario el rector de la Universidad del Litoral, Mario Barletta. No obstante, agregó: “Las universidades podemos organizar, a través de cooperadoras, el aporte solidario de quienes pueden hacer el esfuerzo para darles becas a los que ni aún con la gratuidad pueden acceder a los estudios. Pero esto debe resolverlo cada institución en el marco de su autonomía”.
- “Ese tipo de políticas son las mismas que han llevado a este país a la más profunda regresión”, señaló Anahí Fernández, titular de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). “Si de algo la universidad es responsable, es de haberle dado el título alseñor Matzkin –agregó Daniel Ricci, también dirigente del gremio docente–, ya que quien pueda deducir que el problema del financiamiento y de las reservas monetarias se resuelve arancelando la educación, no entiende nada de economía.”