[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El jefe de Gobierno porteño y titular del Frente Grande, Aníbal Ibarra, no había hablado hasta ahora del tema, había preferido que otros lo hicieran por él y dijeran que la incorporación de Juan Pablo Cafiero a la gestión de Eduardo Duhalde era “a título personal”. Ayer, en cambio, rompió el silencio y fijó su posición en el tema: “No era necesario -destacó– asumir esa función para brindar apoyo”. Aunque Ibarra no fue terminante y también se refirió a la necesidad de “poner el hombro” frente a la crisis, Cafiero –designado ahora interinamente al frente del área social– no prestó mayor atención a las palabras del presidente de su partido y confió a sus colaboradores que “al final coincide conmigo en que hay que apoyar en este momento de emergencia”.
La aceptación por parte de Cafiero del cargo que le ofreció Duhalde el jueves pasado no cayó en gracia en un Frente Grande ya de por sí atomizado y marcó un nuevo hito en el proceso de desmembramiento en el que hace ya largo tiempo se encuentra esa fuerza. Demás está decir que el bloque de diputados frepasistas disidentes que encabeza el tucumano José Vitar reprochó la decisión de Cafiero. Pero también lo hizo el sector alineado con Ibarra, a pesar de que el jefe de Gobierno fue uno de los primeros dirigentes que visitó a Duhalde en su casa de Lomas de Zamora y apoyó su designación como presidente por parte de la Asamblea Legislativa. Quien avaló la jugada de Cafiero fue el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, y los legisladores que todavía lo acompañan.
“Esos a los que no teníamos forma de sacar del otro gobierno son los que ahora se meten en éste”, rezongaron en el entorno de Ibarra apenas enterados de que Cafiero había aceptado convertirse en vicejefe de Gabinete, el cargo que Duhalde le ofreció en lugar del Ministerio de Desarrollo Social –por el cual pasó sin manchas durante la gestión aliancista– y sobre el cual se había especulado en un primer momento.
Es que en opinión de Ibarra y los suyos, si bien la crisis amerita respaldar al Gobierno, tampoco es prudente hacerlo ciegamente. Palabras más, palabras menos, eso es lo que el jefe de Gobierno porteño dijo ayer después de señalar por la incorporación de Cafiero al gabinete de Duhalde que “no era necesario asumir esa función para brindar el apoyo nacional tan necesario en esta nueva gestión”.
La estrategia de Ibarra y de la mayor parte del Frente Grande porteño de mantener una actitud equidistante y conservar el perfil de centroizquierda que seduce al electorado de la ciudad quedó clara en sus palabras: “Es necesario acompañar todo este proceso donde se necesita una imagen de respaldo nacional, porque la crisis es fenomenal. Hemos tocado fondo en ese sentido y también lo hemos destacado: respaldar no significa un cheque en blanco, sino apoyo crítico, pero con la actitud de empujar todos hacia adelante.” Fue en ese punto, que relativizó la diferencia de criterio que mantiene con Cafiero y señaló que “en definitiva, compartimos el concepto de poner el hombro”.