“El fin de la facultad no es explotar comercialmente un comedor, así que el servicio va a ser concesionado por medio de una licitación pública”, sostuvo Jorge Campanella, vicedecano de Ingeniería. En acuerdo con el rectorado de la UBA, la licitación ya está preparada. Según las autoridades, parte importante de los requisitos exigidos apuntan a garantizar precios bajos para los estudiantes. Además, con el pago del canon (hasta ahora no se pagaba), se financiarán becas y descuentos para quienes los necesiten. Distinto será el futuro de los servicios de fotocopias y apuntes. El Departamento de Publicaciones de la facultad absorberá las dos tareas. “Va a ser una estatización, no una privatización. Vamos a vender copias más baratas que el CEI”, aseguró Rosito. Hasta 2006 –dijo–, la fotocopia costaba 8 centavos, mientras que en comercios de la zona de Plaza Houssay se podía conseguir a 5 o 6 centavos. La facultad aspira a ofrecer las copias a ese rango de precios.” ¿Qué pasará con las 41 personas que estaban trabajando para el CEI? Campanella: “Estamos analizando la situación para que, en la medida de lo posible, no se vean afectados”.