“Lo que yo más amo son los pianistas. Y entre ellos a Martita Argerich. Es una mujer admirable y toca de una manera maravillosa. Yo la he visto en su debut en Caracas, por ejemplo, y cada vez que puedo la sigo. Aunque ella dice que el mejor de todos es Maurizio Pollini, otro de los pianistas que admiro. Por su vida, y porque en un momento dijo: No, tengo que ir por otro camino y se puso a estudiar y diez años después retomó su carrera. En un tiempo era divino, porque antes de sentarse al piano decía: Este concierto está dedicado a Marx, y tocaba, Este concierto, dedicado al Che Guevara, y tocaba. Entonces la gente que va a verlo se encuentra con un hombre que no ha tenido que claudicar en su manera de pensar. Otro grande es Sviatoslav Richter, que cuando toca La pagoda de Debussy realmente hace sentir las gotas de lluvia cayendo. El otro que amo, sobre todo cuando toca Bach, es ese alto, largo, como un fantasma, que se llama Glenn Gould.”