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Lanzamientos
EL CANDIDATO DEL MIEDO,
de Jonathan Demme. Con Denzel Washington, Liev Schreiber y Meryl Streep.
2004, 129 min. AVH.
Realizada en plena Guerra Fría, en la versión original de The Manchurian Candidate siniestros comunistas coreanos lavaban el cerebro de Frank Sinatra y sus compañeros, para utilizarlos como peones, al servicio de un megacrimen político. En tiempos de Bush, la remake invierte los tantos: ahora son los tentáculos de una megacorporación los que urden el plan diabólico. Narrada con la fiebre y el delirio requeridos, la versión Jonathan Demme es, sin duda, su mejor película desde El silencio de los inocentes, logrando aunar el film político con el disparate clase B. Y funciona asombrosamente bien en ambos terrenos. En sus mejores momentos, lo alucinatorio da paso a lo francamente operístico, con una memorable Meryl Streep como ultravillana casi verdiana y Liev Schrieber en Edipo tambaleante.
FAMILIA RODANTE,
de Pablo Trapero. Con Graciela Chironi, Liliana Capurro y Carlos Resta.
2004, 103 min. AVH.
Después de la empática Mundo grúa y la clínica El bonaerense, Pablo Trapero –uno de los máximos referentes de lo que dio en llamarse Nuevo Cine Argentino– parece no hallar el tono justo en esta road movie familiar, en la que un clan entero se traslada hasta Formosa, para asistir a un casamiento. Es como si las dos películas anteriores más que fusionarse se hubieran confundido, ya que Trapero trata a la abuela (Graciela Chironi, su abuela en la realidad) con tanta simpatía como al Rulo, pero al resto de la parentela le dedica la misma distancia que al Zapa de El bonaerense. Hay un segundo desajuste, entre la aparente simplicidad de la propuesta (una película casi sin guión, que se iría armando por el camino) y los medios puestos a su servicio, propios del cine hiperprofesional.
SECRETOS DE UN SECUESTRO,
de Pieter Jan Brugge. Con Robert Redford, Willem Dafoe y Helen Mirren.
2004, 95 min. Gativideo.
De la ola reciente de “películas de secuestro” (Hombre en llamas, Celular), ésta es la que tiene pretensiones más serias y hasta solemnes, aunque no por ello carezca totalmente de interés. Opera prima como realizador del productor Pieter Jan Brugge (largamente asociado a Michael Mann), el truquito de ésta es que el secuestrador es un pobre tipo, desempleado de una gran corporación (Willem Dafoe, magnífico como siempre) que rapta a uno de los empresarios más exitosos de esa misma empresa (un Robert Redford convenientemente ajado). Lo más interesante de la película es esa oposición entre el American Dream y su fracaso. Así como lo más molesto es su mirada de los ricachones, presentados aquí como seres casi admirables.
LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS,
de Frank Coraci. Con Steve Coogan, Jackie Chan y Cécile de France.
2004, 120 min. Gativideo.
Con el gran Steve Coogan (el de 24 Hours Party People) en el papel de David Niven y un cada vez más alicaído Jackie Chan en el de Cantinflas (confirmando que en cualquier momento se convierte en Piñón Fijo), la nueva versión cinematográfica de la novela de Julio Verne apunta, como la anterior, a la comedia-de-aventuras-turístico-globales, con resultados tan aparatosos como suenan. Coogan (sumamente desvaído, en relación con su memorable encarnación de Tony Wilson) es aquí Phineas Fogg, científico inglés que en plena era de los grandes inventos se propone cumplir con el viaje del título. Passepartout es ahora chino en lugar de mexicano, pero sigue funcionando como payasito. El conjunto es tan amable y vistoso como un viaje en globo, con tarjetas postales al fondo.