Tiempo y espacio, masa y energía, arte y ciencia son aspectos de la cultura que a veces se atraen y a veces se separan, que a veces intercambian métodos e intuiciones y otras se enemistan desalentadoramente: una obra de teatro, un cuadro, una teoría no siempre son percibidos como productos sociales que buscan un mismo objetivo. Hay, sin embargo, una disciplina artística que provee un ámbito privilegiado para las producciones científicas: el cine.

Un evento organizado conjuntamente por la Secretaria de Ciencia y Tecnología de la Nación (SECyt) y el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) pretende demostrarlo: los días 3 y 4 de noviembre (viernes y sábado que viene) se llevará a cabo el capítulo argentino del Segundo Festival de Cine y Video Científico del Mercosur (Cinecien 2006), en el que se seleccionarán las mejores películas para competir en la edición regional, a realizarse entre el 4 y el 7 de diciembre en Rio de Janeiro.

En la Biblioteca Nacional, y con entrada gratuita, se proyectarán 60 films provenientes de cada rincón del país, que luego serán seleccionados por un jurado presidido por el especialista Bienvenido León e integrado por el director y guionista Juan Bautista Stagnaro, el documentalista Jorge Falcone, el periodista científico Enrique Rabe y el director de El Oso Producciones, Claudio Martínez.

Pero no se trata sólo de películas, sino también de discusiones: durante los dos días que durará el festival habrá mesas redondas sobre el papel de las nuevas tecnologías en la divulgación científica y las políticas gubernamentales en materia de ciencia y difusión, a la vez que se confrontará a investigadores con realizadores audiovisuales.