Miércoles, 1 de noviembre de 2006 | Hoy
DEPORTES › FERNANDO ALONSO, CAMPEON MUNDIAL DE FORMULA 1
El español, que acaba de derrotar nuevamente a Michael Schumacher, habla de Senna y analiza la próxima temporada.
Por Manel Serras*
–¿Valora más el segundo título que el primero por el hecho de habérselo ganado directamente a Michael Schumacher?
–Lo valoro más porque ha sido más difícil. El hecho de haberlo conseguido frente a un piloto con el historial y la trayectoria de Michael supone un orgullo, siempre dije que los títulos con él en la pista tenían más valor.
–¿Preferiría que Schumacher prosiguiera aún otro año o cree que su ciclo ya terminó y que es mejor que se haya ido, incluso para la F-1?
–Cada persona tiene el derecho de decidir su futuro. Si él decidió que es el mejor momento para dejarlo, lo será. Como piloto está en un momento estupendo y lo vimos competir a un nivel altísimo a lo largo de la temporada.
–¿Es consciente de que será usted quien deberá llenar la mayor parte del vacío que dejará Schumacher?
–No lo creo; hay muchos pilotos jóvenes que tratarán de llenar ese vacío y con el tiempo se verá que, como ocurrió en el pasado, la F-1 continuará sin dramas. Pero es cierto que en la largada del GP de Australia del año que viene seré el único campeón del Mundo sobre la pista.
–Hablaba en una reciente entrevista de que si gana tres títulos mundiales como Senna ya podría retirarse. ¿Se lo interpretó bien?
–Ahora tengo tres años de contrato y espero cumplirlos, no sé si volveré a ganar otro título o ganaré los tres seguidos, eso el tiempo lo dirá. Pero en cualquier caso, los tres títulos de Senna son una referencia de uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Igualarlo sería todo un orgullo para mí.
–¿Prefiere que se lo compare con Senna antes que con Schumacher?
–Las comparaciones las hace normalmente la prensa. De Senna me han contado muchas cosas buenas que algunos expertos me han comentado que yo también tengo. Eso me gusta. Pero creo que hoy la F-1 es muy distinta y hacer comparaciones es casi imposible.
–¿Cree que por su personalidad y su forma de manejar se parece más al brasileño que a cualquier otro piloto?
–No lo sé.
–¿Su segundo título mundial supone el inicio de la era Alonso?
–No entiendo de eras. Lo único que siempre me preocupa es la siguiente carrera. Ahora es el momento de descansar para afrontar con garantías e ilusión la siguiente temporada. Sé que ganar dos mundiales consecutivos es muy difícil, y sé que ganar el tercero lo será más, pero lo intentaré.
–¿Cómo encara el año próximo?
–Todo cambio es un reto. Tengo mucha ilusión por empezar a trabajar en el nuevo coche y con mi nuevo equipo. Hay mucho trabajo por hacer en McLaren, pero también en el resto de equipos que deberán trabajar muy fuerte antes del inicio de la próxima temporada. Seguro que todos ya lo están haciendo. Detrás de un buen resultado suele siempre haber muchas horas de trabajo y sacrificio.
–En McLaren aseguran que hace tiempo que están trabajando en adaptar su coche a su forma de conducir. ¿Qué puede explicar de todo eso?
–Supongo que estarán trabajando en el coche del año que viene desde hace tiempo, y supongo que estarán tratando de construirlo pensando en que yo lo tendré que conducir. Todos los equipos lo hacen pensando en el estilo de pilotaje que tengan sus pilotos, es normal.
–¿Le preocupa que el motor Mercedes actual no esté a la altura de los Renault y los Ferrari?
–Mercedes es un gran fabricante y no tengo ninguna duda de que tendremos un McLaren competitivo en los próximos años. Además, creo que este equipo es el que más y mejor trabaja en la evolución del coche durante la temporada.
–Se habla de que su compañero podría ser Lewis Hamilton. ¿Qué le parece como piloto?
–Hizo una gran temporada en GP2, pero no lo conozco como piloto de Fórmula 1. En McLaren sabrán qué es lo que más conviene para el futuro del equipo.
–Tras cinco años en Renault pone fin a una brillante etapa. ¿Con qué recuerdos se queda?
–Con las quince victorias que he logrado desde 2003 y con los dos títulos mundiales. En este equipo he pasado cinco años estupendos, con sus buenos y sus malos ratos, pero el balance no puede ser más positivo.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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