Estuve mal en no preguntarle el nombre, pero cualquiera que vaya a pasear algún día por San Telmo puede acercarse al kiosco que está sobre la avenida San Juan entre Defensa y Bolívar. Allí, desde una ventana con toldo rojo los atenderá una señora de anteojos que fue quien me devolvió una billetera con todos mis documentos y tarjetas más los 300 pesos que había en su interior.

Como está muy difundida la percepción de que las buenas acciones no salen en los diarios, creo que éste es el mejor reconocimiento que le puedo hacer.