CULTURA › OPINION
Un sinónimo del arte
Por Jacob Klintowitz *
Las pequeñas historias de Brasil están para siempre registradas con extrema ternura o dramatismo. Allí están los juegos de fútbol sobre el suelo de tierra rojiza del interior paulista, el circo pobre, la muerte nordestina y el entierro en hamaca, la familia migrante de los desplazados, los indios carajás, los campesinos, los estibadores, la fiesta de San Juan, los espantapájaros, los bichos de la floresta amazónica, los bandidos del sertón, la charla amiga de las mujeres, la Fiesta de la Muerte y Resurrección del Buey.
Las principales escenas de la historia oficial brasileña también están configuradas en sinfónica concepción: Tiradentes, La Primera Misa en Brasil, El Descubrimiento de Brasil, La Llegada de la Familia Portuguesa a Bahía. Y, en una aceptación del misticismo de nuestro pueblo, un increíble conjunto de obras de temas religiosos: La Ultima Cena, San Francisco, San Antonio, San Juan de la Cruz, Nuestra Señora del Carmo, Jesús, Lázaro, Jeremías, el Via Crucis. Este retrato de Brasil, el más completo jamás realizado por un artista, está en la oceánica obra del pintor Cándido Portinari.
Cándido Portinari, el más conocido pintor de la historia del país se convirtió, para el público, en sinónimo de arte. Esta identificación de un artista con la propia esencia de su actividad es el mayor reconocimiento público imaginable. Portinari es autor de una obra verdaderamente monumental, si consideramos el volumen de su producción, la calidad y los diversos soportes y técnicas utilizados.
* Crítico de arte paulista. Este es un extracto de la ponencia que dará en el seminario del Malba sobre Portinari.