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Pedro Vasesco es secretario de Relaciones Internacionales de la CTA, dirigente del gremio de neumáticos, y representante de la central de trabajadores en el Consejo del Salario. “El Presidente le puso un piso a la discusión al reclamar un salario mínimo de 450 pesos. Nuestras posiciones fueron independientes de esta opinión. Nuestro planteo fue pensando en nuestra gente, en la gran cantidad que está por debajo de la línea de pobreza y en los muchos desocupados o subocupados”, dice. En medio de la asamblea que siguió al desalojo policial de los piquetes obreros en las puertas de la planta de Firestone en Llavallol, el dirigente de la CTA le dice a este diario que ahora el Consejo del Salario debe “discutir aumentos en todas las escalas salariales, aumentar el Plan de Jefas y Jefes de Hogar, universalizar las asignaciones familiares incluyendo aquí a los desocupados”.
–¿Qué opinión le merece que el salario mínimo haya sido fijado en 450 pesos?
–En principio nosotros votamos en contra de la resolución mayoritaria. Fue un avance que en las discusiones se reconociera que el mínimo tendría que llegar a 730 pesos. Tener el salario mínimo por debajo de la canasta familiar es un problema que reconocieron todos los sectores.
–¿Por qué votaron en contra?
–Nosotros consideramos que el mínimo tendría que estar en 730 pesos. Pero también opinamos que hay que subir las asignaciones familiares, que se debe aumentar el Plan Jefas y Jefes, que habría que universalizar las asignaciones, especialmente por hijo, para que les lleguen también a los desocupados. También consideramos importante reducir el IVA para los productos de la canasta familiar.
–¿Cómo sigue el Consejo del Salario?
–Ahora hay que abrir el debate. También rescato el debate democrático que allí se dio. Creo que de alguna manera la mayoría creyó conveniente fijar el mínimo en 450. Pero también quedó fijado que habría que llegar a los 730 pesos. En el comportamiento empresario hay distintas situaciones. “(Carlos) Heller manifestó su disidencia y me parece importante.”
–Anteriormente los estatales aceptaron un mínimo de 350. ¿Por qué ahora es diferente?
–Eso sólo alcanza a los estatales. Por cierto también se abre una discusión sobre el alcance de esa definición, qué son empleados municipales, cuáles son provinciales. Me parece importante apostar al aumento del salario mínimo. También le digo que algunas discusiones deben darse sector por sector. Pertenezco al sector neumático y tengo un salario más alto que muchos otros dirigentes, pero no me olvido que hay un promedio de 380 pesos.
–¿Qué opinión tiene del Consejo del Salario?
–Creo que es positivo que se haya convocado al Consejo del Salario. También se deben convocar a las comisiones y realizar otras discusiones en temas como el de la productividad. El hecho de que el Presidente haya dicho que el mínimo tendría que estar en 450 pesos fue importante, le puso un piso a la discusión. Nuestro planteo fue independiente de la opinión del Presidente. Nuestro planteo fue pensando en nuestra gente, en los muchos que están debajo de la línea de la pobreza, en los muchos desocupados y subocupados. También sabemos que hay empresarios que se van a beneficiar con estas decisiones ya que el aumento se trasladará inmediatamente al consumo.
–La palabra del Presidente cerró el debate. ¿Fue un mandato?
–Este gobierno está decidido a implementar líneas de acción. Tiene una voluntad política fuerte y eso hay que apoyarlo. También expresa un mosaico muy heterogéneo de posiciones y en ello tiene su mayor debilidad.
–Los empresarios argumentaron que las pymes no podrían afrontar el incremento del salario mínimo. ¿Cómo analiza esa opinión?
–En este mercado tan competitivo, dominado por las multinacionales que redujeron el impacto de la fuerza laboral al 7 u 8 por ciento de sus balances, las pymes tendrán su beneficio con esta medida. Creo que pueden hacerle frente y además podrán retener mano de obra calificada, una cualidad escasa. Producto de la destrucción de la formación técnica, hay mucha gente desocupada que no tiene las herramientas para un trabajo calificado. Las pymes tienen que tener beneficios impositivos, créditos para invertir en tecnología, en la formación de personal que les permita obtener costos razonables para poder competir con las grandes multinacionales.