En la primera parte fue claro el dominio de Racing, que con un gran trabajo de Moralez y Bastía atacó sin descanso el arco de Bossio. Luego de una buena jugada de iniciada por Chatruc, Bastía estrelló un remate en el palo izquierdo del arquero granate y Moralez tomó el rebote para poner a su equipo en ventaja.

Con Lanús todavía golpeado, Sava tuvo una chance para ampliar, pero su remate se fue apenas desviado. Lanús no jugaba bien y encima sufrió la salida de Lautaro Acosta, quien debió dejar la cancha lesionado; unos minutos después, también por lesión se fue Sava; en su lugar ingresó Navia, y enseguida, por iguales motivos, debió irse Quintana, quien fue reemplazado por Sigali.

Racing aprovechó mejor el reacomodamiento. Y, para mayor tranquilidad, en una jugada de tiro de esquina logró ampliar la diferencia. Ejecutó Moralez, rechazó Sigali y la pelota tomó por sorpresa a su compañero Faccioli que, con la cabeza, anotó en contra. Los hinchas de Racing ya saboreaban un triunfo clave para aliviar su situación con respecto al descenso y Moralez volvió a hacerles tocar el cielo con las manos, cuando a los 45, habilitado por Navia, puso el 3-0. Era delirio, emoción y fantasía hasta que, ya en tiempo de descuento, un descuido en defensa le permitió a Sand por el trámite 3-1.

Tras el descanso, Lanús salió con más decisión y obligó a Racing a retrasarse. Ese envión inicial tuvo premio cuando, a los 48, luego de un remate de Ramírez en el que el correntino Hilario Navarro dio rebote, Sand encontró la pelota y volvió a descontar. A Racing se le venía la noche y el fantasma de los triunfos que se le escaparon durante el ciclo de Miguel Angel Micó se hizo presente.

Sin embargo, los de Llop no bajaron los brazos y volvieron a la carga contra el arco de Bossio. El paraguayo Avalos tuvo una oportunidad para ampliar, pero perdió mano a mano con Bossio, que unos minutos más tarde, tras una buena habilitación de Chatruc, le iba a tapar otro mano a mano a Navia, a quien todo le costaba mucho.

Con Lanús lanzado y Racing presto a liquidarlo de contraataque, el partido ganó en emociones. Luego de un cabezazo de Avalos, Navia volvió a quedar frente a Bossio, a esta altura figura entre los de Cabrero, que volvió a negarle el arco.

Zuculini, el pibe de 17 años que había ingresado por Moralez, probó suerte desde afuera con un violento derechazo pero su remate dio en travesaño. Pero faltando un minuto para que terminara el segundo tiempo, en jugada de pelota detenida, Navarro sacó inseguro con los puños, Sosa rechazó cortito y Ramírez, desde la puerta del área, sacó un tremendo derechazo para poner el 3-3 definitivo.