No pronunció nunca la palabra “retiro”. No había necesidad: quienes lo escuchaban sabían a qué se refería. “Es la primera vez que tengo esa sensación y como no puedo salir me siento peor. Así no puedo seguir. Debo tomarme el tiempo para pensar y tomar una decisión, necesito un cambio, pero no quiero apresurarme a hablar.” La indisimulable tristeza de Guillermo Cañas trascendía el adverso resultado del partido contra el estadounidense Wayne Odesnik, en la primera ronda del Abierto de Francia en Roland Garros. El 7-6 (8-6), 7-6 (7-3), 7-6 (10-8) resultaba, a esa altura de la tarde parisina, una anécdota. Lo trascendente era lo que había detrás, la palabra que Cañas no podía pronunciar, la admisión sin embargo de la posibilidad de ponerle fin a una carrera que, no hace mucho más de un año, se anotó como hitos dos victorias sobre el número 1 del mundo, Roger Federer.

“No tengo respuesta para salir de este estado, hace ya como dos o tres meses que estoy así; me falta motivación, pero no quiero decir lo que me está pasando, hablaré más tarde, ya habrá tiempo”, insistió el argentino de 30 años, tres veces clasificado para cuartos de final en Roland Garros, la última en 2007.

“Debo buscar lo más sano para mí. Lo más importante es hacer lo que realmente me gusta... Me entreno como siempre, con las mismas ganas, pero eso no se refleja en los partidos”, explicó.

Cañas pudo explicar, al menos, que se trata de una cuestión de confianza que para nada vincula a sus problemas anteriores en el circuito. “Cuando uno no tiene confianza lo más fácil es cometer errores y perder partidos.” Desde fines de 2006 y durante todo 2007 el argentino protagonizó una escalada fulgurante en el circuito tras su suspensión por doping en 2005, para terminar el año a un paso del top-ten del ranking. Esta semana arrancó 31º en el ranking, pero caerá varios puestos al no haber podido defender exitosamente sus puntos de cuartos de final.

El año pasado venció a Roger Federer en los Masters Series de Indian Wells y Miami, torneo este último en el que fue finalista. Sin embargo, este año se encuentra lejos de su mejor nivel con sólo 11 triunfos e igual cantidad de derrotas. Cañas, a quien entrena Gastón Etlis, se lamentó por no “poder plasmar mi trabajo de los entrenamientos en los torneos”.

Con Odesnik cruzó un par de palabras nada amigables, sostuvo que “él jugó bien y yo todo lo contrario, fue un encuentro largo y parejo, no hay mucho más para decir”.