Definitivamente, Ariel Ortega será separado del plantel. La dirigencia de River respaldará la decisión que tomó el viernes por la noche el entrenador Diego Simeone, según lo afirmó ayer el vicepresidente de la entidad, Domingo Díaz, por lo que el jujeño no jugará más en el club, al menos hasta que se recupere de sus problemas con el alcohol. Si bien la Comisión Directiva todavía no se reunió para dar un dictamen final, todo indica que se mantendrá en pie la postura del técnico. “Ortega haciendo las cosas que hace deteriora la imagen del plantel y cuerpo técnico, y así esto no puede continuar”, consideró Díaz en declaraciones radiales. Sin embargo, los dirigentes aclararon que están “dispuestos a ayudar” al futbolista, y que si el ídolo sigue jugando al fútbol después de su curación definitiva, “se le respetará todo lo arreglado”.

Pero por ahora no hay alternativa. El jugador colmó la paciencia de muchos. Y así lo hizo saber el vicepresidente riverplatense, que reconoció que Ortega “ha tenido muchas licencias, que con otras personas no se tienen, y lamentablemente, por su adicción, no supo responder”. Es que el futbolista durante el semestre que pasó tuvo tres recaídas, acompañadas de diversos escándalos –como el que protagonizó en la disco Rumi a fines de marzo de este año– sin contar las tantas otras que vivió desde que regresó al club de sus amores. Con eso se fue deteriorando la relación con el entrenador Simeone y varios directivos empezaron a mostrarse disgustados con la imagen que dejaba el Burrito.

Sin embargo, Díaz puntualizó que River no dejará sólo al jugador. “A Ariel hay que acompañarlo hasta las últimas consecuencias. River está dispuesto a ayudarlo en todo lo que sea necesario, para que este notable jugador que la gente quiere mucho pueda recuperarse”, señaló, pero también remarcó que desde la Comisión Directiva se ven en la “obligación de acompañar las decisiones del entrenador, que para algo está dirigiendo”.

Alrededor de las 6.30 del viernes, el ídolo chocó un surtidor, luego de una rápida maniobra, en la estación de servicio ubicada en Juan B. Justo y Honduras, del barrio porteño de Palermo. Allí había dejado estacionada su camioneta mientras estaba en un boliche de la zona. Y según testigos del lugar, el futbolista presentaba síntomas de ebriedad. Para agravar la situación, el jujeño no se presentó a la práctica matutina en el predio de Ezeiza y ése fue el detonante para que el técnico decidiera separarlo definitivamente del plantel.

Por último, Díaz sostuvo que con acciones como las que protagonizó Ortega “no hace más que poner en una mala situación al técnico y a sus compañeros”, sin embargo subrayó que en caso de recuperarse, al jujeño le firmarán los dos años de contrato que le habían prometido antes del incidente. “Si sigue jugando al fútbol después de su curación definitiva, nosotros vamos a respetar todo lo que habíamos arreglado”, concluyó.