Domingo, 3 de agosto de 2008 | Hoy
EL PAíS › EN CONFERENCIA DE PRENSA, LA PRESIDENTA REPASO A AGENDA ABIERTA SUS OCHO MESES DE GESTION
Defendió al Indec, dijo que no habrá nuevos cambios en el gabinete, evitó confrontar con Cobos y habló de la “violencia” del lockout. Preguntada por PáginaI12, aseguró que impulsará una nueva Ley de Radiodifusión que saldrá será consensuada con diferentes sectores.
Por Martín Piqué
La conferencia ya era una noticia en sí misma. Era la primera rueda ante periodistas nacionales y extranjeros con agenda abierta desde que el kirchnerismo asumió el Gobierno, en mayo de 2003. Pero la Presidenta se garantizó que varias frases suyas pronunciadas en la hora y 40 minutos que estuvo con la prensa llegaran a las portadas de los medios. “Volvería a hacer todas y cada una de las cosas que hice”, fue la expresión más comentada. CFK la usó para contestar un pregunta sobre sus ocho meses de Gobierno. La Presidenta no hizo anuncios sobre el Indec, sobre el que volvió a advertir que “fue manejado política y mediáticamente”, ni tampoco sobre el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien pidió “no satanizar”. Dijo que no habrá más cambios en el gabinete y evitó responder si el vicepresidente Julio Cobos tenía “perfil de traidor”. “Yo respeto los cargos institucionales”, cruzó. Quizás el único anuncio haya sido su primer reconocimiento público de que el Gobierno impulsará en el Congreso una nueva Ley de Radiodifusión. “Queremos lanzar un anteproyecto de ley para que sea sometido a discusión de los distintos sectores involucrados”, respondió ante una pregunta de PáginaI12.
Otro de los interrogantes que despejó la conferencia de prensa fue si la Presidenta dejaría en el pasado sus críticas hacia las cámaras patronales del campo que llevaron adelante el lockout rural. Cuando un corresponsal del New York Times le dijo que había recorrido las protestas del agro y que la principal queja de los manifestantes, en su opinión, había sido “la forma de gobernar” y el discurso confrontativo, CFK se mostró en desacuerdo. “Nunca se vio desde la recuperación de la democracia hasta ahora un nivel de virulencia, de lockout patronal y cortes que impidieron el abastecimiento, originaron suspensiones de fábricas y hasta escenas de pugilato sobre las rutas. Hubo escraches a legisladores y a sus familiares. La virulencia no fue por parte del Gobierno. No había ningún funcionario cortando rutas. De nuestro lado, todo fue manejado institucionalmente, evitando cualquier episodio de violencia”.
Cuando llegó su turno, PáginaI12 le preguntó a la Presidenta si el Gobierno pensaba impulsar un proyecto para modificar la Ley de Radiodifusión. También le consultó si el Ejecutivo implementaría la asignación universal por hijo. “Cuando se sancionó la actual ley de Radiodifusión, durante la dictadura, lo más moderno que existía en la Argentina era la televisión a color, ni siquiera había fax. La realidad requiere de un instrumento que dé cuenta no sólo de las demandas de pluralidad y de actuación de todos los sectores culturales, comunitarios, públicos y privados, sino también preparar el marco regulatorio para la incorporación de la tecnología. Tenemos que recurrir a una legislación comparada, no vamos a inventar nada nuevo en un mundo donde ya se ha trabajado mucho”, contestó CFK.
Menos enfática fue al responder sobre el subsidio universal por hijo. “Estamos trabajando y hay muchísimos instrumentos. La CGT ha planteado otros. Pero una asignación universal familiar o de cualquier tipo tiene que tener los recursos para ser pagada. Si no, se convierte en un discurso demagógico que tanto han ayudado a descreer en la política”, respondió.
Aunque no fueron las preguntas que más atención despertaron en el auditorio –el ranking estaba dominado por el Indec, Moreno y el vicepresidente–, CFK advirtió que la Argentina está viviendo un debate muy fuerte por el modelo económico dominante. Dijo que habían factores externos que estaban favoreciendo esa puja, como el cambio de los términos de intercambio comercial (la valorización de los commodities agrícolas en relación con los productos manufacturados), la suba internacional de los precios de alimentos y la especulación del sector financiero en los mercados a futuro de las commodities. “Esto comienza a presionar sobre los precios internos porque se quiere tener un mayor excedente exportable por parte de aquellos que producen los alimentos para poder ganar más dinero”, advirtió la Presidenta. “No podemos volver a ser un granero del mundo sin valor agregado. Tenemos que reindustrializar el país”, convocó.
Después de hacer ese diagnóstico para explicar los límites del Acuerdo del Bicentenario (horas antes el titular de la Sociedad Rural había advertido que las entidades del campo querían otra política y que “podían empezar ya o esperar al 2011”), la Presidenta dijo que no se arrepentía de haber impulsado la resolución 125 que fijaba las retenciones móviles a la soja. Según CFK, ese proyecto era inédito para la historia contemporánea porque buscaba distribuir el ingreso no a partir de los impuestos que pagan todos los ciudadanos, ricos y pobres, sino a partir de la renta de los sectores con mayor nivel de rentabilidad. “Yo siempre digo que con la plata del Estado todos son socialistas. Esos son fondos tributarios que el Estado toma de todos sus contribuyentes: los que tienen trabajo, los que no, los que tienen plata, los que no. El problema es ser un poco más distributivo como lo hacen en otras sociedades más modernas, desarrolladas y progresistas. Allí la renta de aquellos sectores que tienen un mayor nivel de rentabilidad se distribuye hacia los sectores que menos tienen.”
Tras explicar por qué volvería a firmar la Resolución 125, la Presidenta hizo la única mea culpa que se escuchó en Olivos. “Tal vez la lección o la autocrítica que debería hacerme es cierto grado de ingenuidad ante la afectación de lo que yo considero son privilegios”, reconoció. Enseguida agregó otra frase, que pasó desapercibida pero sonó a un reconocimiento bastante realista de la condición en que quedó el Gobierno tras el conflicto. “Esta es una discusión que podrá retardarse, demorarse o fracasar en una instancia legislativa, pero que necesariamente deberá ser retomada como un instrumento de política económica”, dijo. “Se ha disparado una discusión que va a seguir, porque el problema del modelo económico, de la concentración de la riqueza, de un mundo cada vez más complicado por los alimentos y energía, va a exigir a las autoridades, sea esta Presidenta o el que venga, instrumentos muy importantes”, agregó.
La conferencia se inspiró en la “rueda de prensa minimalista”, que consiste en responder una pregunta por periodista sin que haya una repregunta posterior del mismo corresponsal. Al Gobierno la idea le llegó a través de la Fundación Konrad Adenauer, financiada por la democracia cristiana alemana (centroderecha) y que suele organizar actividades de formación junto al Foro de Periodismo Argentino (Fopea). Los preparativos no impidieron que más de 70 periodistas se quedaran sin poder preguntar. Aunque ya habían pasado más de una hora y media, muchos querían consultar por Aerolíneas, la posibilidad de una nueva suba de tarifas o si se está estudiando subir las retenciones fijas al 40 por ciento (temas que no habían sido mencionados). La mayor parte del tiempo se había dedicado a los asuntos más polémicos de la agenda, como la confiabilidad del índice de inflación y el proyecto del tren bala. “Es un préstamo que es financiado por un grupo de bancos franceses conjuntamente con la empresa Alstom. No tendrá un solo peso del presupuesto nacional”, lo defendió CFK.
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