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Francia obtuvo el tercer puesto en el Mundial de Vóleibol al derrotar con facilidad a Yugoslavia, en poco más de una hora, logrando su mejor ubicación histórica en un torneo ecuménico. Los yugoslavos, actuales monarcas olímpicos, se quedaron sin nada tras amenazar en las primeras rondas con un desempeño imparable.
“Durante los últimos días recibimos mucho apoyo desde Francia –dijo el entrenador Phillipe Blain–. El vóleibol es un deporte muy importante en nuestro país y esta medalla que obtuvimos servirá para marcar la tradición”.
La selección de Francia se retiró muy aplaudida por el público local, que cambió su comportamiento: había hostigado en jornadas anteriores al equipo que sacó a la Argentina de las semifinales, lo que mereció el desagrado del capitán francés, Dominique Daquin: “Nos molestó que silbaran nuestro himno y estamos defraudados, porque en estos días ayudamos con dinero a alguna gente, y no tuvimos una respuesta favorable”.
Un rato antes, Grecia había vencido 3-2 a Portugal para quedarse con el séptimo puesto del torneo, tras una hora y 43 minutos de juego. El griego Nikolaos Roumeliotis, autor de 25 puntos, fue el máximo anotador del encuentro.