Miércoles, 31 de diciembre de 2008 | Hoy
DEPORTES › CARLOS SAINZ, CANDIDATO A GANAR EL DAKAR QUE SE LARGA EN BUENOS AIRES
El piloto español, tan popular en la Argentina, habla de todo: de la competencia, del terreno, de su deseo de victoria, de la crisis económica. “Si están los mejores, me da igual dónde se corra.”
Por Oriol Puigdemont *
–¿Puede ganar? ¿Qué se puede esperar?
–Estoy con más ganas que hace un año. Ha pasado mucho tiempo desde que corrimos el último Dakar. Han sucedido muchas cosas. La carrera ha cambiado de continente. Pero, a nivel mecánico, el coche está prácticamente igual.
–Entonces ¿a qué se ha dedicado el equipo Volkswagen?
–La estrategia se ha basado en tratar de lograr la máxima confiabilidad del coche. Será un tanque. Ya era así para 2008, cuando no se corrió el Dakar. También ha sido nuestro principal objetivo para 2009. Por ese motivo, mi primera preocupación es saber si Mitsubishi ha podido sacar un coche nuevo de última generación, su primer diesel, y nos ha dejado un poco atrás. Eso no lo veremos hasta que comience la carrera.
–¿Se lo puede considerar el primer piloto de la marca?
–En absoluto. En este equipo no hay ninguna jerarquía. A Volkswagen no le importa si gano yo, (Giniel) De Villiers, (Mark) Miller o (Dieter) Depping. Lo único que le importa a la marca es que gane uno de sus coches.
–¿Qué sabe de la carrera?
–Lo mismo que la mayoría: que va a ser muy dura y que el calor va a complicar más las cosas. Dejando de lado las etapas de Mauritania, en Africa no sufrías calor. Aquí vamos a pasarlo mal desde el primer día. Luego, está el tema de la altura, un condicionante más que puede influir de forma determinante y mermar las condiciones físicas de los pilotos y las mecánicas de los coches. Y también hay otro factor importante: habrá todas las superficies y los terrenos. Tendremos dunas, cerca de 3000 kilómetros de arena, zonas rocosas, zonas rápidas, camino lento, rápido... Tendremos que ir adaptando la estrategia sobre la marcha. En Africa ya sabías cómo tenías que pasar Marruecos, cómo afrontar Mauritania y lo demás. Aquí, el desierto de Atacama será decisivo. Cuando no conoces una carrera, puedes llegar al tercer día y encontrarte con una etapa que resulta un rompecoches.
–Hubo mucha gente que se burló del aire acondicionado que incorpora su coche, pero este componente debería hacerles los kilómetros más llevaderos, ¿no?
–El sistema de refrigeración ayuda un poco, pero, desgraciadamente, no tanto como nos gustaría. Siempre es mejor llevarlo que no. Pero, en cualquier caso, no es como ir de paseo por Madrid. Con 40 grados en el exterior y la temperatura tan tremenda que alcanza el cockpit, no es fácil refrescar el ambiente.
–En las ediciones anteriores, muchos rivales decían que usted no podía ganar porque, a pesar de sus cualidades el volante, no tenía experiencia suficiente en esta carrera. Decían que para ganar el Dakar hay que entenderlo. Tratándose de un continente nuevo, ¿todo eso ya no vale?
–Este año, todos partimos en igualdad de condiciones. Esa es nuestra gran ventaja. Sigo siendo tremendamente prudente. Lo que pasa es que, si ahora me preguntan si firmo el podio, mi respuesta es no. Pero no desde la prepotencia, sino desde la ambición que tengo por ganar. Vine a la Argentina a tratar de ganar el rally, aunque ya sé que no es nada fácil. Se me criticó argumentando que corría mucho y no sé qué historias, pero yo siempre devolví el coche intacto, sin ningún golpe ni nada que demostrase que estaba forzando demasiado.
–En Mitsubishi ya no podrán sacar partido de los mapas y los archivos cartográficos que poseen de la mayor parte de Africa.
–Está claro que, en Africa, un equipo de la experiencia de Mitsubishi tenía unos conocimientos del terreno que los demás no poseíamos. Pero no sólo el departamento técnico del equipo. Tampoco los pilotos lo conocían muy bien. Al acabar cada etapa, Michel (Périn, su copiloto) me preguntaba: “¿Viste el paso de los elefantes?” o “¿te gustó la roca de no sé qué?”. Yo le decía: “¡Joder! Me podías haber avisado. Corro el Dakar y no sé ni por dónde he pasado”. Ahora ya sabe que, cuando pasemos por un sitio importante, tiene que avisarme. Al menos, para poder decir que lo he visto.
–¿Le da pena no correr en Africa?
–A mí me da igual correr en Africa o en la Conchinchina siempre que sea una carrera de alto nivel competitivo y en la que estén los mejores pilotos. El Dakar tiene que ser un reto. Si están los mejor preparados, a mí me va bien que se haga en Sudamérica.
–¿Siguen siendo las dunas el elemento que más respeto le infunde?
–En las dunas ya adquirí un poco más de experiencia. Hice dos rallies en Dubai en los que sólo hay dunas, dunas y dunas. Ya estoy un poco mareado de tanta arena. Pero entiendo que es el hábitat en el que puedo ser más vulnerable. Por lo demás, ir conduciendo por un camino no me da ningún miedo. Pero nos han dicho que nos vamos a encontrar ríos, zonas rocosas... ¡En mi vida he hecho trial con un coche!
–¿Sigue marcando usted el de-sarrollo del VW Touareg?
–El coche evolucionó mucho durante los dos primeros años, pero el siguiente paso ya implicaría construir un coche nuevo completamente distinto del actual. Y la estrategia de Volkswagen para afrontar este Dakar no fue ésa. Ahora hay que ver si nuestra decisión ha sido la correcta o no. A lo mejor nos encontramos con que Mitsubishi fabricó un coche mejor que el nuestro y no podemos ganar. Pero eso habrá que analizarlo a posteriori.
–¿Hay algún componente del coche que se haya modificado específicamente para correr en Sudamérica?
–Unicamente se ha hecho especial atención al tema del agua porque nos han dicho que vamos a tener que cruzar ríos. Sé que se ha trabajado mucho en el esnórquel (la prolongación del tubo de escape que asoma por lo alto del coche), se le ha prestado un poco más de atención que en Africa, donde, una vez que pasabas Marruecos, había muy poco riesgo de quedar sumergido porque apenas veías agua.
–¿Le han llegado a usted las urgencias que tiene la marca por ganar el Dakar?
–Las urgencias me han llegado a mí y a todos los pilotos. Estamos en un año muy difícil desde el punto de vista económico. No seré yo quien diga si será o no determinante el resultado de esta edición para seguir en esto. Pero está claro que esta prueba resulta muy cara y, una vez que haya terminado, Volkswagen analizará el resultado deportivo y si le ha salido rentable a nivel mediático.
–¿Cómo afecta la crisis económica al equipo del Dakar de un fabricante de coches?
–Todos los equipos han notado la crisis. Se trata de cuidar la cuestión económica al máximo. No sabría decir en qué aspectos lo he percibido, pero sí es evidente que hay una gran sensibilidad y se ha tratado de aquilatar al máximo el presupuesto para intentar ganar, pero sin derrochar más dinero del necesario. El despliegue será bueno, pero el equipo ha tratado de ahorrar en todos los aspectos.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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