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Con una muy buena actuación del delantero Rodrigo Astudillo, San Lorenzo goleó ayer a Huracán por 4-0 en un clásico que debió suspenderse a los 82 minutos por los incidentes generados por los hinchas locales, quienes hicieron todo lo posible para que el partido no terminara. La victoria les vino bien a los de Boedo para entonarse de cara al encuentro frente al Bolívar por las semifinales de la Copa Sudamericana; en cambio, la derrota de Huracán no hace más que profundizar su crisis futbolística al tiempo que lo acerca a la zona de Promoción.
Cuando todavía no había pasado nada en el partido, San Lorenzo le puso sal con un par de cabezazos en el área, el segundo de Astudillo, de pique al piso, para abrir el marcador a los 9 tras un corner de Chatruc y una habilitación perfecta de Michelini. Huracán ganó en movilidad con el ingreso de Zermatten y entonces se animó a ir sobre Saja. Por necesidad y convencimiento. Tuvo una gran chance Villa, a los 17, que no pudo en el área chica, y a los 38, la más clara, que el arquero de San Lorenzo le sacó de manera brillante a Zermatten.
Cuando San Lorenzo la pasaba mal y Huracán le estaba rodeando el área –a los 41 y 43 falló Kobistyj en la definición– apareció en todo su esplendor el Pipi Romagnoli por la izquierda del ataque, desairó a cuatro defensores, sacó un centro bajo al corazón del área chica para que Astudillo anotara el segundo. Fue lapidario.
En el arranque del complemento, San Lorenzo volvió a golpear a Huracán y prácticamente liquidó el trámite: tiro libre de Romagnoli, Michelini le ganó a Lobos y luego superó a Schulmeister para anotar el tercero. La diferencia era amplia y en la platea de Huracán comenzaban los primeros incidentes, a raíz de los reproches que los socios les hacían a los dirigentes del club (ver aparte). Todo empeoró con el cuarto de San Lorenzo, el tercero de Astudillo, quien luego iba a dejar la cancha.
De allí en más, San Lorenzo tuvo el quinto gol a mano, pero finalmente no llegó: Astudillo, Frutos y Luna, los dueños de las chances. Olía a gran goleada, pero en las tribunas se decidió que el encuentro no continuara. Los hinchas se treparon al alambrado, enfrentaron a la policía y Elizondo tuvo que suspender.