DEPORTES › FURIA DE LOS HINCHAS DEL GLOBO Y TORPEZA POLICIAL
Ni siquiera la suspensión fue sorpresa
A pesar del megaoperativo de seguridad montado para el clásico entre Huracán y San Lorenzo –unos mil efectivos–, la violencia volvió a decir presente ayer, cuando los hinchas locales, encolerizados por la magnitud de la goleada que sufría su equipo, comenzaron a arrojar todo tipo de proyectiles al campo de juego y obligaron al árbitro Horacio Elizondo a suspender el trámite.
El partido había sido recalentado durante toda la semana previa; incluso, se habló de las posibilidad de un choque entre ambas parcialidades, a raíz de la desaparición de una bandera gigante del equipo del Bajo Flores. Aunque fueron los propios hinchas de Huracán los que, disconformes con lo que pasaba en el cancha, treparon al alambrado y provocaron un enfrentamiento con la policía, que terminó obligando a Elizondo a ponerle fin al clásico. La policía reprimió primero con agua y después utilizó gases lacrimógenos. El resultado: represión indiscriminada e inútil.
También hubo incidentes en la platea local, ya que varios hinchas de Huracán increparon a los dirigentes por la floja campaña del equipo de Carlos Babington y atacaron también al hijo del entrenador. Lo de siempre.