DEPORTES › A 40 AñOS DE LA GUERRA DEL FúTBOL

Honduras en riesgo

La clasificación para el Mundial de 1970 entre los seleccionados de Honduras y El Salvador desencadenó en 1969 la denominada “Guerra de las Cien Horas” o “Guerra del Fútbol”, que causó la muerte de casi seis mil personas. Cuarenta años después, el entrenador de la Selección de Honduras, el colombiano Reinaldo Rueda, admite sus temores de que el equipo malogre su clasificación al Mundial de Sudáfrica a causa de la crisis política que sacude al país.

El equipo “catracho” suma siete puntos y se ubica en el tercer puesto del hexagonal final de clasificación de la Concacaf para el Mundial 2010, lo que por ahora le asegura uno de los tres cupos directos de su zona.

“Esto (la crisis política tras la destitución del presidente Manuel Zelaya) perjudicaría en todo aspecto, hasta nuestro proceso de clasificación al Mundial”, declaró el entrenador.

“A nosotros como selección también nos afecta, porque está latente la preocupación por las familias de los jugadores”, sostuvo, destacando que afortunadamente éstos “son muy conscientes del compromiso y a la hora del partido se aíslan de esa situación”. Rueda confió en que la crisis no obligue a Honduras a jugar en otro país los partidos que le restan de local en el clasificatorio mundialista, una posibilidad que, según dijo, está planteada. En la sexta fecha, el 12 de agosto, los hondureños recibirán a Costa Rica en San Pedro Sula, pero los costarricenses pidieron jugar en Miami.

En todo caso, no será un partido como el de hace cuatro décadas. Cuando El Salvador invadió Honduras el 14 de julio de 1969, las paredes de la ciudad de Tegucigalpa arengaban a sus habitantes a “degollar al invasor” y a “vengar el 3-0”, por el resultado entre los seleccionados de ambos países por las eliminatorias del Mundial de México ’70. Fue una guerra breve, ya que duró sólo seis días y tuvo sus orígenes en la situación económica y social producto de la dominación imperialista de años.

El fútbol exaltó nacionalismos destructivos y sirvió para enfrentar a dos países al borde de las armas. En el partido de ida de las eliminatorias, el 8 de junio de 1969, en Tegucigalpa, los jugadores de El Salvador no pudieron dormir en toda la noche.

Hinchas hondureños rompían los cristales de sus habitaciones del hotel, hacían ruido y los insultaban. Perdieron 1-0, un deshonor que una salvadoreña no pudo soportar: cuando Honduras marcó, en el último minuto, por medio de Roberto Cardona, se suicidó con un disparo en la cabeza.

El funeral fue cuestión de Estado y a él acudieron el presidente del gobierno y todos sus ministros, así como el seleccionado de fútbol en pleno, que vio cómo su regreso al país fue un drama lleno de insultos e intentos de agresión. A la vuelta, en San Salvador, los jugadores hondureños sufrieron un terrible acoso en terreno enemigo. El 15 de junio perdieron 3-0, y el técnico hondureño dio gracias por haber perdido: habían tenido que ir al campo en carros blindados. El partido decisivo se jugó en México, el 26 de junio, y clasificó a El Salvador para el Mundial luego de su victoria 3-2. Honduras se quedó afuera. ¿Volverá a quedarse afuera esta vez? El rival de la última fecha será El Salvador...

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