Fue a bordo de una vieja Ferrari de hace dos años, pero el alemán Michael Schumacher pisó ayer de nuevo el acelerador de un bólido de Fórmula 1, en el primer paso hacia su regreso a la categoría reina del automovilismo. Menos de dos días después de anunciar su vuelta a la competición, el ex campeón mundial se sentó ayer de nuevo a los mandos de un antiguo F2007 de F1 Clienti, una filial de Ferrari que se encarga de mantener en buen estado los viejos coches de carrera.

“Obviamente aquí no puedo pilotear coches actuales o del último año, pero aún así quería conducir lo máximo posible, y esto es una buena opción”, comentó Schumacher en su web antes de su entrenamiento en el circuito italiano de Mugello.

Ferrari mandó una carta al resto de los equipos de la categoría para conseguir un día de ensayos para que el piloto alemán pueda probar el actual auto de la escudería italiana. Sólo una aprobación de las demás marcas lo haría posible, ya que los tests están prohibidos durante la temporada. La única opción que contemplan las normas de la FIA para que Schumacher gire en la F60 es una presentación, una oportunidad que se espera que Ferrari aproveche.

Los siete equipos que integran junto a Ferrari la asociación FOTA habrían dado ya su visto bueno a los ensayos del alemán. “Según Toyota, los equipos de la FOTA acordaron aceptar la solicitud”, comentó el presidente deportivo de la marca japonesa, John Howett, que consideró la aprobación un gesto deportivo ante el desgraciado accidente del brasileño Felipe Massa.

De acuerdo con el portal motors porttotal.com, el ex piloto de 40 años, que regresa para sustituir al sudamericano, dio unas 35 vueltas antes de la pausa de mediodía. El circuito fue completamente sellado para la práctica del viejo maestro, siete veces campeón del mundo antes de su retiro en 2006, y los fotógrafos tuvieron que buscar su suerte entre los árboles.

Algo está claro: el perfeccionista Schumacher no dejará nada al azar antes del Gran Premio de Europa el 23 de agosto. El presidente de Ferrari, el italiano Luca Di Montezemolo, cree haber visto de nuevo “el fuego” en los ojos del piloto, según dijo el jueves por la noche en los mundiales de natación. Según indicó el jefe del equipo, Stefano Domenicali, antes incluso de que Di Montezemolo preguntara a Schumacher, “pude leer en sus ojos, antes de que contestara, lo fuerte que era el vínculo entre Michael y la ‘scuderia’”.

El finlandés Kimi Raikkonen, sucesor de Schumacher, se tomó con calma el duelo que se le presenta ahora ante el alemán. “Tener a Michael o a cualquier otro a mi lado es en realidad lo mismo. Pero será agradable tenerlo como compañero de equipo”, aseguró el ex campeón del mundo.

De momento, el alemán, que se prepara con gran intensidad para su regreso el 23 de agosto en Valencia, pretende únicamente acostumbrarse de nuevo a las fuerzas centrífugas y las exigencias físicas. “Intentará pilotear lo más seguido posible para sentir de nuevo las molestias de un coche de Fórmula 1”, señaló su portavoz, Sabine Kehm.

Tras anunciar su regreso, Schumacher voló en helicóptero a Maranello desde su hogar en Suiza, junto al lago de Ginebra. Allí probó en el simulador la funcionalidad del volante y ofreció sus medidas para acomodar el asiento de Massa. “Naturalmente también aproveché la ocasión y me reuní con los ingenieros para hablar de los próximos pasos”, indicó Schumacher, que disputó su última carrera el 22 de octubre de 2006 en San Pablo. “La prohibición de hacer tests en la Fórmula 1 es conocida. Por eso pregunté a los chicos de F1 Clienti si me podían dejar un coche”, explicó Schumacher.

El alemán reemplazará a Massa hasta que el brasileño, que según su médico podrá abandonar el lunes el hospital de Budapest para viajar a su país, vuelva a sentarse en el cockpit del F60, que esta temporada apenas ha brillado. Schumacher, ganador de 91 grandes premios, siempre descartó un regreso a la Fórmula 1, pero la singularidad del momento y su vinculación sentimental con Ferrari le hicieron cambiar de opinión.