Boca vivió ayer una mañana bien caliente. Y no fue por las altas temperaturas que preanuncian la primavera, sino por los insultos y amenazas que, desde una de las tribunas de Casa Amarilla, un grupo de barrabravas del club descargó sobre el goleador Martín Palermo. Lo acusaban de “traidor”, por haber reconocido tiempo atrás que, tal como lo hizo Rolando Schiavi en la final de la Copa Libertadores, le gustaría jugar con Estudiantes el Mundial de Clubes de Emiratos Arabes.

Los insultos que bajaban de la tribuna, y que rompieron la rutina del entrenamiento, eran dirigidos a Palermo. Sí, a uno de los máximos ídolos de Boca, quien con 13 títulos y 206 goles se encamina para romper el record histórico de Cherro, 218. “Traidor. Amargo. Cuidate. ¿Te querés ir, Palermo? Esto no es Estudiantes, esto es Boca. A ver si corrés, Palermo. Te vendiste igual que Schiavi. Vas a ver lo que te va a pasar. Andá a tomar la leche, Palermo”, le gritaban cuatro sujetos.

El delantero trató de ignorarlos, pero enseguida se hartó y se dirigió hacia la tribuna y, furioso, encargó al que dirigía la batuta, un hombre corpulento vestido con casaca y gorrita de Boca con la leyenda “La 12”.

–¿Y a vos quién te mandó? –preguntó el goleador– ¡Hace doce años que juego en Boca! ¿Por qué no hablamos afuera? –lo desafió.

–Claro que vamos a hablar afuera –respondió el barrabrava.

Pero el asunto quedó ahí. El delantero Lucas Viatri y dos integrantes del cuerpo técnico de Alfio Basile, Jorge Ribolzi y Rubén Díaz, se acercaron para calmar a los agresores.

–Estamos trabajando –les dijeron.

–Está bien, ya dijimos que vamos a hablar afuera –contestó el cabecilla.

Los sujetos actuaron con impunidad y ni siquiera después del escándalo fueron advertidos ni desplazados por el personal de seguridad. Aunque no fue confirmado oficialmente, trascendió que la dirigencia intentará identificar a los agresores, quienes se supone deben ser socios, ya que a la práctica sólo pueden ingresar la prensa y los socios del club.