La Selección Argentina de básquetbol no pudo con Brasil, pero al menos dio muestras de vida. Con una sustancial mejora respecto del debut ante Venezuela, aunque todavía con ratos de desconcentración inadmisibles, el equipo de Sergio Hernández cayó 76-67 con el conjunto brasileño y ahora quedó en una situación comprometida con respecto a su clasificación para el Mundial. Hoy tendrá la tercera prueba cuando se enfrente desde las 22 con Panamá, un encuentro que a esta altura resulta vital para las chances argentinas (televisa TyC Sports).

Argentina jugó de igual a igual ante el gran candidato del torneo, y ésa resulta la mejor noticia. Pudo emparejar la lucha en el área, no sufrió demasiado con el peligroso ataque rápido rival y defendió aceptablemente ante un adversario con muchas vías de gol. Por eso, peleó el partido hasta los últimos tres minutos de juego. Sin embargo, no pudo ganar el encuentro porque todavía no consigue fluidez en el ataque y sigue padeciendo con sus malísimos porcentajes de cancha. Para colmo, en cada cierre de cuarto sufrió desconcentraciones que pagó muy caras.

El partido fue de rachas, con Brasil tomando diferencias en tres o cuatro ataques consecutivos y Argentina peleando durante varios minutos para recortar esa ventaja. Así fue el primer cuarto, cuando el equipo de Hernández llegó a ponerse a tres puntos (13-16), pero un mal cierre lo dejó a ocho (13-21). Parecida fue la historia del segundo. En base a una defensa eficiente, y pese a que en ataque no mostraba demasiadas variantes, Argentina logró limar las ventajas hasta volver a colocarse a tres a menos de tres minutos del final (23-26). Sin embargo, un par de pérdidas inoportunas posibilitaron un parcial 11-0 para que Brasil se fuera al descanso por un contundente 37-23 que no reflejaba lo ocurrido.

Con mucho esfuerzo Argentina volvió a recortar la ventaja para ponerse a seis (42-48). Fue el pasaje en el que mejor pudo repartir su goleo, en el que aparecieron algunas individualidades hasta ahí ausentes y en el que el equipo se pareció a sí mismo. Claro que un parcial 12-4 en los últimos tres minutos le devolvió la diferencia conseguida en el primer tiempo y la tranquilidad a los brasileños.

Como un calco de los segmentos anteriores, Argentina consiguió reducir la diferencia a cinco puntos, cuando restaban menos de cuatro minutos. Pero hasta ahí llegó la levantada. La salida por faltas personales de Scola y otra ráfaga en ataque de los brasileños sentenciaron el encuentro. Por eso, el desarrollo dejó el sabor amargo por una nueva derrota, que ya pone la clasificación en alerta y con obligación de ganar los próximos compromisos. Pero el lado positivo es que el equipo mostró una reacción importante respecto del debut. Habrá que ver esta noche, cuando se mida con Panamá, hacia dónde evoluciona el rendimiento. Una nueva derrota empezaría a significar la despedida y a tener que esperar una invitación para llegar a Turquía.