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Con muchos ingredientes que traspasan los límites de lo estrictamente futbolístico, esta tarde se disputará una nueva edición de Barcelona-Real Madrid. Cuando a las 17 en el Camp Nou se inicie el encuentro (televisa ESPN), cinco argentinos serán protagonistas del partido más importante del año en España, el mayor número en la historia del clásico. Roberto Bonano, Juan Román Riquelme y Javier Saviola, por el Barcelona, y Esteban Cambiasso y Santiago Solari, por el Real Madrid, le darán un acento argentino al derby, que se supone será el más visto de todos los tiempos, ya que será transmitido por televisión a casi doscientos países.
El flojo desempeño que vienen cumpliendo ambos equipos en la liga trasladó el foco de atención a otros aspectos. Así, la polémica por los amistosos de Argentina y Brasil en Oriente, la racha de 19 años sin victorias del Madrid en Cataluña, el recibimiento que tendrán Figo y Ronaldo por hinchas del Barça, el cruce de declaraciones entre los técnicos Louis Van Gaal y Vicente Del Bosque por la ausencia de Zidane, y los dichos de Ronaldo afirmando que en Brasil lo utilizan mejor que en Madrid centralizaron la atención de la prensa. El fútbol en sí quedó en segundo plano, debido a que el Madrid está sexto a cinco puntos de la Real Sociedad, y Barcelona está décimo con dos unidades menos. Eso sí, la derrota de alguno supondrá ingresar en una crisis muy grave.
En cuanto a la presencia de argentinos, si bien ninguno de los dos técnicos confirmó sus titulares, todo indica que cuatro de los cinco estarán desde el arranque. Por el lado de Barcelona, Bonano y Riquelme ingresarían como titulares, mientras que Saviola todavía está en duda, ya que Van Gaal no está convencido de su recuperación tras el viaje a Japón. Del otro bando, Cambiasso ocupará un lugar en el mediocampo, en tanto que Solari apunta para reemplazar a Zidane, descartado por una lumbalgia.
Uno de las cuestiones que más morbo provoca es el retorno de dos ex barcelonistas al Camp Nou. Uno es el portugués Figo, que más de dos años después de haber abandonado el equipo, todavía no puede quitarse de encima el estigma de “pesetero” con el que lo atacan los catalanes. El otro es Ronaldo. El brasileño, ídolo del Barcelona hasta su incorporación al Madrid, llegará por primera vez al Camp Nou con la camiseta blanca. Esto provocó un dispositivo especial de seguridad para impedir que los hinchas agredan a los jugadores madridistas.
Tanto es el rencor que despiertan los “traidores”, que en los diarios catalanes hay encuestas para opinar sobre cuál debe ser la (peor) manera de recibirlos. Incluso el vicepresidente de Barcelona, Francesc Closa, le dio instrucciones a sus hijos para que los silben, ya que él desde el palco oficial no tendrá la oportunidad de hacerlo. “Yo no lo haré, pero aleccioné a mis hijos para que los piten”, aseguró Closa. Hasta Xavi, uno de los referentes del equipo, instó a los hinchas a chiflar todo el tiempo a los jugadores del Madrid, aunque pidió especialmente que no le arrojen objetos al campo.
Claro que el enfrentamiento entre Ronaldo y Barcelona tiene otro protagonista de lujo, que no es otro que Louis Van Gaal. El entrenador holandés rechazó su retorno al club, lo que motivó un fuego cruzado entre el técnico y el goleador. “Le tengo preparada una sorpresa”, amenazó el brasileño desde que firmó con su nuevo club. Lo curioso es que Ronaldo tendrá que preocuparse más en recomponer la relación con sus compañeros, que se mostraron muy molestos luego de que el delantero señalara que en Brasil lo saben aprovechar mejor que Madrid. “En la cancha es un ente, no se mueve”, disparó Del Bosque, su entrenador, que también atacó a Van Gaal por alegrarse en público de la lesión de Zidane. Para colmo, en la semana Ronaldo no tuvo mejor idea que declarar que es fanático de Riquelme y apareció en la portada de Mundo Deportivo haciendo el clásico gesto del Topo Gigio...