Las diferencias entre la Argentina y España fueron claras. Los europeos apostaron a su buen juego colectivo, a su sorprendente velocidad para armar las jugadas, con toques precisos y profundos, y dominaron buena parte del encuentro. Y la Selección, en cambio, superada en todas sus líneas, buscó fortalecerse a partir del temperamento de sus jugadores y así logró en el complementario nivelar un poco la balanza.

Prueba del dominio de España fue el gol de Xabi Alonso. Fue a los 15 minutos, luego de un desborde de Villa por la izquierda, que incluyó centro atrás y remate de Silva al arco, en el que Romero dio el rebote que terminó aprovechando el talentoso volante del Real Madrid para poner el 1-0, con un toque cruzado, sobre el palo izquierdo del arquero argentino. Esa era la clave española. Un solo delantero en la cancha y volantes que se suman al ataque por sorpresa.

El control y la presión que ejercieron los mediocampistas Xabi, Silva, Busquets, Xavi Hernández e Iniesta en la zona media alcanzó para anular el circuito de juego de la Selección, que sufría la ausencia de un volante de creación, como pueden ser Verón o Riquelme. De ahí que las únicas dos chances para los dirigidos por Diego Maradona fueran de contra. A los 22, con toques de primera entre Messi y Di María, que encontraron mal parados a los defensores locales, Higuaín buscó definir, también de primera, pero su disparo se le fue por arriba. En la otra, a los 39, Di María picó tras un buen pase en profundidad de Gago, se perfiló y trató de colocarla por arriba del arquero Casillas y también se le fue alta.

Entre estas dos contras, España pudo ampliar la ventaja con un remate de Villa que Coloccini salvó en la línea con los brazos –con intención de cubrirse el cuerpo–, tras una mala salida de Romero, que salió a cortar un mano a mano con Iniesta y dejó la pelota muerta en el medio del área. Los españoles pidieron penal (y expulsión, claro), pero el árbitro irlandés Allan Kelly dejó seguir.

Al parecer, Maradona ajustó clavijas en el entretiempo y la Selección salió a jugar la segunda parte con un poco más de convicción, como si supiera que los goles que España no había concretado como para liquidar el partido fueran más que una buena señal.

Entonces aparecieron Messi y Di María, y en menor medida Gago y Maxi Rodríguez y, aprovechando cierta merma en el rendimiento del conjunto que dirige Vicente Del Bosque, el equipo nacional se animó a ir en busca del empate. Un grosero error de Casillas, a los 55, le permitió a Di María, habilitado por Rodríguez, sacar un remate frontal débil a las manos del arquero. Era algo. Enseguida, de un pelotazo largo que llegó desde el fondo, Higuaín primereó a Albiol, recientemente ingresado, y sacó un remate cruzado que se fue apenas desviado.

La actitud argentina tuvo premio cuando, luego de que el árbitro no advirtiera un claro penal de Gago sobre Iniesta, sí cobrara otro de Albiol sobre Maxi Rodríguez, que Messi cambió por el empate, con una definición sobre el palo derecho, luego de que Casillas descubriera su intención de arrojarse a la otra punta. Pudo ampliar Di María, pero definió mal lo que había sido una buena combinación entre Messi y Cambiasso.

Hasta ahí llegó Argentina. España reaccionó y obligó a la Selección a meterse atrás. Romero le tapó un buen disparo frontal a Negredo, pero cerca del final, tras una mano de Demichelis en el área, Xabi Alonso, de penal, definió sobre el ángulo izquierdo de Romero, que se tiró a la otra punta y puso el 2-1 definitivo.