Domingo, 22 de noviembre de 2009 | Hoy
DEPORTES › LAS DRAMATICAS CUENTAS DE LOS EQUIPOS MAS PODEROSOS DE LA ARGENTINA
River y Boca, sin chances en el campeonato y prácticamente afuera de la Copa Libertadores, cerraron sus libros contables con pérdidas asombrosas: el déficit de los de Núñez fue de 41 millones de pesos, tres veces mayor que el de los xeneizes.
Por Gustavo Veiga
Todo club exitoso que se precie de tal debe cumplir con la regla T, como la que se utiliza en dibujo. Es cuando los números cierran en la tesorería y en la tabla o en la tabla y en la tesorería. En este caso, el orden de los factores no altera el producto. Boca y River terminan 2009 en las antípodas de ese objetivo. Una coincidencia notable arroja que sus balances finalizaron con déficit y que el año se les escurre de las manos sin posibilidades de ganar un torneo y con la casi certeza de que la próxima Copa Libertadores la mirarán desde afuera. Los dos más grandes, con matices, están en problemas. Las pérdidas mayores las contabilizaron en las oficinas del Monumental por 41.014.658 pesos; en la Bombonera ascendieron a 10.883.808,71 pesos. Con estas actualidades, ¿merecen quedarse con la parte del león cuando se reparta el dinero por los derechos de la televisión? Si se aplicara la regla T, la respuesta es no.
A la pronta culminación del mandato de José María Aguilar le quisieron dar una mano de pintura. El acuerdo para que la empresa Sinteplast recubra las paredes del estadio a cambio de 500 mil dólares pagaderos con porcentajes de cuatro jugadores (Abelairas, Barrado, Domingo y Gustavo Fernández) combina bien con el cierre de su gestión. Es como si se intentara vestir a La maja desnuda, el célebre óleo de Goya. Imposible hacerlo. Todo está a la vista en el club después de ocho años. River quedó en cueros, diría el pintor español.
El déficit de poco más de 41 millones de pesos –casi 11 millones de dólares– es uno de los lastres con que deberá iniciar su gobierno el próximo presidente. El período 2008-2009 dio saldo negativo después de ocho ejercicios con superávit, a menudo obtenidos gracias a enjuagues en operaciones incluidas a último momento en los balances. En 2007/2008 se vendieron los pases de Darío Conca y Mateo Musacchio al Hertha Berlín y Real Madrid, respectivamente, que permitieron una exigua ganancia. Un año después, con un plantel descapitalizado, no se realizaron transferencias. Las pérdidas al 31 de agosto pasado resultaron inevitables. El pasivo acumulado, según el dirigente opositor Horacio Roncagliolo, rondaría los 50 millones de dólares. La comisión directiva en retirada aprobó los números por abrumadora mayoría, aunque falta que los refrende la asamblea de representantes.
En Boca, a diferencia de River, no hay un presidente que se aleja y sí uno que todavía tiene más de dos años de mandato por delante. Jorge Amor Ameal, que asumió su cargo a comienzos de noviembre de 2008, completa el período para el que había sido elegido el fallecido Pedro Pompilio hasta 2011. El 23 de diciembre del año pasado, disfrutó de su primer campeonato; ahora le toca debutar con un balance negativo de casi 11 millones de pesos (unos 2.849.164 de dólares al cambio del día).
El pasivo en sostenido crecimiento es el otro dato alarmante del ejercicio. En el período 2006/2007 ascendía a 71.001.489 de pesos –durante el último mandato que encabezó Mauricio Macri–, en 2007/2008 subió hasta 109.775.019 pesos en la administración de Pompilio y ahora con Ameal volvió a crecer hasta 134.715.902,92 pesos. El jefe de Gobierno porteño, como si fuera ajeno a lo que sucedió en el club estos últimos años en materia económica, la emprendió contra la actual conducción, criticó al manager Carlos Bianchi y volvió a poner reparos en el millonario contrato de Juan Román Riquelme. La pérdida por este concepto que se amortiza en el balance asciende a 13.605.000 pesos.
Una minuta que hizo circular entre los socios el contador Claudio Giardino, integrante de la asamblea de representantes por la oposición, señala: “Lo que debería causarnos cierta preocupación es que a pesar de que desde el año 1996 hasta este último balance en junio de 2009, el club vendió jugadores por más de $ 500.000.000 que fueron aproximadamente U$S 215.000.000, así y todo tenemos un pasivo total de $ 135.000.000, tenemos serios problemas financieros como mencioné anteriormente y no tenemos los recursos para realizar la ampliación del estadio”.
Entre River y Boca suman pérdidas por 51.898.466 pesos o su equivalente en dólares, 13.585.985, según la cotización de 3,82 que tiene la divisa. No es demasiado dinero si se lo compara con sus potenciales ingresos, pero entre lo calculado y lo que efectivamente entra a las tesorerías media un abismo.
Los valores de las transferencias de futbolistas al exterior bajaron de manera considerable. Basta con un botón de muestra. Rodrigo Palacio fue transferido al Genoa de Italia en julio pasado por 2.000.000 de euros (según datos que serían oficiales). Pero antes, Boca había recibido ofertas por el delantero del Barcelona, Lazio y Panathinaikos de Grecia entre diciembre de 2006 y enero de este año. La primera habría rondado los 18 millones de euros y la última 7 millones. El club rechazó al menos esas dos.
Los más grandes sólo pueden ver un poco de luz al final del túnel gracias al aumento conseguido en los derechos de televisión. Pretenden cobrar el mayor porcentaje de los 600 millones de pesos que repartirá el Estado en doce cuotas iguales y consecutivas de 50 millones. Tienen una posición dura para negociar con los restantes clubes, basados en el poder de convocatoria, el encendido de TV que generan sus equipos cuando juegan, el marketing y otras cuestiones comerciales. Pero los demás pretenden hacer valer parámetros distintos, como las buenas campañas deportivas y las administraciones equilibradas, rubros en los que hoy, Boca y River no tienen logros para enorgullecerse.
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