Promediando la década del ’90, en tiempos en que Ariel Ortega y Juan Sebastián Verón aparecían como figuras importantes en el fútbol argentino, desde la radio La Red, Fernando Niembro afirmaba respecto de declaraciones de quienes por entonces eran jugadores más que promisorios: “Ni Ortega ni Verón deberán ser convocados para la Selección Nacional porque dicen que juegan para divertirse...”.

Desde antes y mucho más después del episodio, el mensaje se fue haciendo carne a partir de la homogeneidad en el discurso de quienes monopolizaban y siguen monopolizando el pensamiento único. Y así hay que oír a Carlos Bilardo afirmando disparates tales como “la Selección es más importante que la familia”, pese a que un par de horas después de la declaración, Sergio Agüero, tal como corresponde, abandonó la concentración del equipo nacional porque acababa de ser padre, justamente del primer nieto del técnico Diego Maradona.

Como la necedad parece tener poder residual, por estas horas, en el programa de ESPN Hablemos de fútbol, el ex futbolista Jorge Griffa, durante muchos años a cargo de equipos menores, afirmó con insolente desparpajo respecto de los jugadores jóvenes: “... si quieren divertirse que vayan al circo...”. Está claro que Gri-ffa, sedicente formador de deportistas, no solamente ignora que en el circo no todos se divierten, sino que pretende que el fútbol sea sufrimiento.