Viernes, 23 de julio de 2010 | Hoy
DEPORTES › RIQUELME SE QUEJO PORQUE LA NEGOCIACION “VA PARA ATRAS”
Mientras los dirigentes de Boca anunciaban un inminente acuerdo y hasta Borghi desde Nueva Zelanda hablaba de la continuidad, el volante, con un tono muy enérgico, rechazó la propuesta del club: “Lo que me ofrecieron el lunes es para reírse”.
Los dirigentes anunciaban un final feliz. Decían que con otorgarle los cuatro años de contrato que les pedía Juan Román Riquelme alcanzaba para que el talentoso volante firmara la renovación de su contrato. La prensa se hizo eco y hasta el propio entrenador Claudio Bor-ghi, desde Nueva Zelanda, donde Boca jugaba esta madrugada (4.30 hora argentina) ante el Wellington Phoenix, dijo ayer que la continuidad estaba en un “80 por ciento, aunque faltan detalles importantes”. Pero al mediodía se produjo un cortocircuito. Como cada vez que quiere cantar sus verdades, Riquelme habló y explicó por qué todavía no hay acuerdo y hasta se animó a informar que desde la última reunión entre el club y su representante “las cosas fueron para atrás”.
“Yo siempre vivo con la verdad. No me gusta que el técnico de Boca diga por televisión que mi situación está avanzada. Confunde a la gente que digan que está arreglado cuando las cosas, desde la reunión de lunes, fueron para atrás. Alguien mandó a decir que estaba arreglado, pero hay que ser claros”, manifestó el jugador en una entrevista con Radio Del Plata, contrariamente a lo que venían anunciando los dirigentes de Boca, principalmente el presidente del club, Jorge Amor Ameal, quien a lo largo de estos dos meses de negociaciones pregonaba a los cuatro vientos la inminencia del acuerdo.
Desde la posición que mostró ayer Riquelme, la solución está lejos. El tono de enojo de Riquelme no deja lugar a dudas. No es el monto ni los años de duración del contrato, sino la pelea por los detalles para nada desatendibles del acuerdo, el precio del dólar, los impuestos y hasta la propuesta de los dirigentes, descabellada para el futbolista, de comprarle el pase, lo que, según palabras del jugador, “obstaculiza” el camino hacia el último capítulo de esta novela, que se ha convertido en culebrón.
“Hay que decir cómo está la situación. Si estoy aguantando hace dos meses es porque quiero que se solucione. Si cada vez que hay una reunión con mi representante (Daniel Bolotnikoff) aparecen más piedras en el camino y yo las voy saltando, es porque quiero un final feliz. Yo quiero que se solucione, pero el lunes me ofrecieron algo que es para reírse. Y no es por dinero, porque yo nunca pedí plata, sino que tiene que ver con las formas del contrato. Parece que lo único que quieren es ganar tiempo”, explicitó Román.
Y respecto de la posibilidad de venderles su pase a Boca, el volante fue contundente: “Yo soy hincha de Boca. No le voy a vender mi pase porque sé que Boca no puede comprarlo y además pagarme el contrato. Lo mío es muy fácil. La situación está igual que hace 20 días”.
La bronca de Riquelme explotó ayer luego de que el jugador tomara las declaraciones de Borghi como una presión extra que los dirigentes jugaban sobre él, luego del distanciamiento entre las partes tras la mencionada reunión del lunes. Incluso Ameal trató de poner paños fríos cuando admitió que “como se trata de una negociación, a veces se está cerca y en otras, no tanto”. Sin embargo, tras la polémica explicación de Riquelme, el presidente no hizo declaraciones.
En medio del tironeo, el dirigente y ex jugador del club Horacio Palmieri, el único integrante de la Comisión Directiva del club que habló ayer, avivó el fuego. “No es justo, la institución sale dañada de este largo manoseo. Por egos personales para ver quién es candidato a presidente, los dirigentes perjudican a Boca, al socio y a Riquelme”, señaló el directivo en TyC Sports. “El potenció a Gaitán y ahora el club lo vendió en once millones. Es un jugador que nos dio muchas satisfacciones y no se lo puede tratar así”, lo defendió, y agregó: “La interna que hay en Boca hace que Riquelme se desgaste”.
“Mi ilusión es terminar mi carrera en el club”, se cansó de repetir Riquelme. La dirigencia está dividida. El macrismo no lo quiere. La renovación no viene fácil.
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