El cordobés Rubén Magnano, hoy técnico del seleccionado de básquetbol de Brasil, expresó con total sinceridad que “hubiese preferido no enfrentar a la Argentina”, y le puso color al clásico sudamericano que ambos equipos protagonizarán este martes, correspondiente a los octavos de final del Mundial que se juega en Turquía.

“Hubiese preferido no enfrentar a la Argentina. No por una cuestión deportiva, sino por haber tenido tantas vivencias con el grupo en época de gloria”, dijo Magnano, conductor del representativo albiceleste que alcanzó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Atenas 2004. “Las cosas cambiaron y será una situación curiosa en mi vida. Haré lo posible para que gane Brasil. Es un objetivo importante llegar a los cuartos de final”, sostuvo en declaraciones al sitio Globoesporte. Magnano fue el antecesor de Sergio Hernández en la conducción del seleccionado argentino, que desde principios de la década figura en los primeros planos internacionales.

Los jugadores del equipo brasileño también se refirieron al duelo del martes, programado para las 15, en el último cruce de octavos de final. “Nuestra ventaja es que ahora tenemos a Rubén de nuestro lado. Los conoce bien, sabe de sus estrategias y cómo juegan en los momentos decisivos”, resaltó el base Marcelo Huertas.

El también armador Leandrinho Barbosa confía en las chances de su equipo: “Este es un juego de roce, contacto y rivalidad. No sé si ellos están en un nivel mejor, pero sí que llegó la hora de sacarnos las máscaras. Creo que no tenemos que respetarlos”. Argentina y Brasil se midieron hace menos de un mes en Logroño, en un ensayo en el que el equipo de Hernández se impuso 77-73. El último antecedente en mundiales entre ambas selecciones fue en Indianápolis 2002, con el cordobés en el banco argentino. El claro triunfo 78-67 en los cuartos de final marcó la continuidad del equipo de Magnano en el certamen que luego culminaría con el subcampeonato, tras la polémica caída ante Yugoslavia.