Claudio Borghi se despidió de Boca, Roberto Pompei asumió el cargo en forma interina y los nombres de Julio Falcioni y Blas Giunta vuelven a sonar para hacerse cargo del plantel, mientras el presidente del club, Jorge Amor Ameal, avisó que se tomará “el tiempo necesario” para elegir al nuevo técnico y Pompei se candidateó para continuar en el puesto más allá del interinato. Juan Román Riquelme no volverá a jugar en lo que resta del año.

Borghi dirigió 14 partidos a Boca y en ese lapso el equipo sacó 17 de 42 puntos posibles. La mitad de los encuentros terminó en derrota y desde la cuarta fecha se intuyó que el entrenador estaba incómodo en el club. Ahora, su salida vuelve a generarle un desafío a la dirigencia.

Desde la salida de Abel Alves, el 8 de abril pasado (tras una derrota 0-3 ante Colón en Santa Fe) hasta el anuncio de la llegada de Borghi, el 20 de mayo, transcurrieron 42 días de incertidumbre que los dirigentes de Boca se prometieron no repetir.

“A partir de que terminó el partido, no hemos dicho entre noso-tros un solo nombre, créanlo –dijo ayer Ameal–. Hay nombres que empiezan a rodar porque Falcioni en algún momento pudo haber venido a Boca, porque Giunta tiene una identificación con Boca pero nosotros estamos hoy pensando fuertemente que lo que viene es Tito (Roberto) Pompei.”

Carlos Portell, el presidente de Banfield, que tiene a Falcioni bajo contrato hasta 2012, deslizó que “un resarcimiento económico” podría facilitar la salida del técnico.

“Si quieren que vaya, creo que se puede hacer”, afirmó ayer Giunta. “Para ir a Boca no hay ningún problema de nada, pero a mí no me llamó nadie”, aclaró el actual entrenador de Almirante Brown. “¿Cómo no te va a interesar dirigir a Boca? –se preguntó–. Creo que en algún momento voy a dirigirlo y todos los momentos son buenos para dirigir a Boca.”

“Boca necesita un técnico que trabaje permanentemente, con un perfil de acuerdo con lo que es Boca” y “hay técnicos como para que puedan venir” pero debe actuarse “con total tranquilidad”, afirmó el presidente Ameal.

Pompei condujo ayer el entrenamiento y ya deberá promover obligadamente algunos cambios en el equipo. Riquelme hizo trabajos de kinesiología por su lesión, una tendinitis aquiliana en la pierna derecha que se profundizó en el superclásico, y que difícilmente le permitirá volver a jugar en lo que resta del año. Jesús Méndez, aquejado por un fuerte traumatismo en el muslo derecho, ni siquiera participó de la práctica.

Con respecto al equipo para jugar el fin de semana ante Arsenal, el entrenador interino empezará hoy a evaluarlo, en función de la práctica de fútbol. Ya adelantó que la defensa volverá a tener cuatro hombres, a diferencia del ciclo Borghi, salvo en el superclásico.