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Con la voz triste, pero el verbo firme e indignado, el español Alberto Contador confirmó ayer que recurrirá cualquier castigo que decida imponerle la Federación Española de Ciclismo por su doping por clembuterol. “Es una cuestión de honor”, advirtió el triple campeón del Tour de France en sus primeras palabras tras conocer, el miércoles, la intención del organismo rector de suspenderlo durante un año.

“Hay que recordar que de momento sólo es una propuesta de resolución. Los próximos diez días voy a trabajar con mis abogados para que se haga justicia. En caso de que no sea así, voy a recurrir a donde sea necesario para defender mi inocencia hasta el final”, advirtió Contador. El corredor, que está concentrado en Mallorca con su nuevo equipo, el Saxo Bank, tiene diez días desde el momento en que fue informado de la propuesta para presentar alegaciones, después de lo cual el comité de competición dictará su veredicto definitivo, que será enviado a la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Contador dio positivo en julio, durante la segunda jornada de descanso del Tour, por una mínima cantidad de clembuterol (50 picogramos). Sin embargo, el español alega que el resultado fue fruto de una contaminación alimentaria al comer un bife. “Todos los científicos saben que soy inocente, que no hice nada”, señaló el ciclista. “El único error que cometí es comer una carne sin analizarla previamente. ¿Qué voy a hacer, cada vez que vaya a un restaurante voy a tener que analizar la carne para ver si tiene clembuterol?”, argumentó Contador.

La defensa del corredor aportó 13 informes de expertos apoyando la tesis de la carne adulterada, pero tanto la UCI como la Agencia Mundial Antidoping (AMA) son escépticas y quieren severidad con el español. “Es un día realmente triste para mí. Tengo una grandísima desilusión, estoy muy decepcionado. Es de vergüenza”, comentó. “Ahora ya no creo en el sistema antidoping”, espetó el español, quien hizo un dramático relato de los más de 500 controles que pasó en su carrera profesional, muchos de ellos por sorpresa, en su casa, durante fiestas de cumpleaños, en mitad de una película en el cine o cenando con amigos.