El capitán de River, Matías Almeyda, aseguró que el elenco de Núñez “no va a tener paz hasta el último segundo del torneo” ante la amenaza de jugar la Promoción. “El grupo está bien, unido, consciente de que necesita salir de esta situación. La derrota fue un golpe muy duro, pero ahora tenemos por delante cinco finales históricas para el club”, señaló el volante, expulsado en el encuentro frente a Boca tras un cruce verbal con el defensor Clemente Rodríguez.

Pese a la sanción, Almeyda adelantó que pedirá que le saquen la tarjeta roja por considerar que no cometió ninguna falta. “En las últimas semanas se presentaron muchas pruebas televisivas para sancionar; en este caso, como no hice nada, que me saquen la expulsión”, sostuvo. Pero la AFA ya confirmó que la suspensión será por una fecha y River no tendrá opción para reclamos.

También les apuntó a los arbitrajes. “No nos cobran como deben. Algo raro hay, no sé si por qué hay muchos jóvenes y somos pocos los grandes. No nos cobran como todo el mundo”, comentó, en referencia a los supuestos penales que Patricio Loustau no sancionó el domingo.

Sin embargo, más allá de lo futbolístico, puede llegar a recibir una multa o un arresto domiciliario, que podría ir de uno a cinco días, por “haber incitado a la violencia”, según afirmó ayer el fiscal en lo contravencional de la Capital Federal, Walter López.

Luego del superclásico, Almeyda fue notificado con un acta contravencional por parte de la Policía Federal por su airada reacción tras ser expulsado en el cierre del partido, empujando a dos efectivos que intentaban protegerlo con sus escudos camino al túnel. Además, se besó repetidamente la camiseta ante la tribuna de Boca e insultó a los hinchas locales, un hecho que puede ser considerado, según el Código Contravencional, como “incitación a la violencia”, según señaló el fiscal. “La reacción fue una calentura del momento, con las pulsaciones a mil. Es muy difícil pensar en frío cuando pasa algo así”, consideró el mediocampista.

López también responsabilizó a Juan Pablo Carrizo de “promoción al desorden”, por haberle pegado una cachetada a una persona ubicada detrás de su arco que se negaba a entregarle una pelota para reanudar el juego.