Godoy Cruz perdió en el último minuto la chance de ser puntero, al tiempo que Gimnasia consiguió un punto que puede ser decisivo en su lucha por no descender. Cuando parecía que los mendocinos vencían y se colocaban junto a Vélez, un gol de Castro provocó el merecido empate visitante.

La diferencia de los presentes y las urgencias de uno y otro no quedaron expuestas. La presión por saber que un triunfo lo depositaba en la punta junto a Vélez lo ató un poco a Godoy Cruz, que pareció sentir esa responsabilidad. Y la derrota temprano de Huracán le dio a Gimnasia una pequeña dosis de tranquilidad, que le permitió jugar sin tanta desesperación. Entonces, bajo esos dos condicionantes, las supuestas ventajas de los mendocinos quedaron neutralizadas.

Ni siquiera el gol afortunado de Ramírez, que cabeceó casi de casualidad un tiro libre de Donda que buscaba el arco, modificó la tendencia. El equipo de Da Silva no se soltaba y Gimnasia mantenía la serenidad, como si supiera que el empate estaba a tiro. Y pudo haberlo conseguido rápido, pero Graf lo perdió de forma increíble: Castro quedó mano a mano con Torrico, que ganó a medias. Cuando el delantero tenía todo para igualar, su débil remate fue devuelto en la línea por Sánchez.

Más allá de esa chance perdida, Gimnasia continuó con su búsqueda sin perder la serenidad y encontró su premio con un golazo. Capurro capturó un rechazo en el borde del área, paró la pelota de pecho y sacó un tremendo derechazo que rozó el travesaño y se metió por encima de la estirada de Torrico. A partir de eso tanto, Godoy Cruz se dio cuenta de que debía modificar su actitud para no dilapidar la chance de ser puntero. Por eso, se adelantó unos metros y se fue a buscar la victoria. Así arrinconó a Gimnasia y generó varias ocasiones de peligro, como un remate de Donda que Monetti tapó bien o un cabezazo de Villar tras un centro de Russo que pegó en el travesaño.

La segunda mitad siguió con la misma intensidad. Godoy Cruz pareció destrabar el partido con una jugada afortunada. Donda sacó un remate de media distancia que parecía sencillo, pero Monetti no pudo contener y terminó adentro de su arco con la pelota. Más allá de esa contingencia, Gimnasia no se entregó y siguió con su búsqueda. Con mucho amor propio, sin muchas ideas y con un empuje envidiable, el conjunto de Ortiz insistió hasta el final. Y cuando parecía que se volvía a La Plata con las manos vacías, tuvo su premio. Ruiz, que había ingresado por Barros Schelotto, sacó un remate que rebotó y le quedó a Castro para que definiera ante la salida de Torrico, para darle a Gimnasia un punto fundamental.

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