Si bien aún no se puso en marcha y habrá que esperar hasta el 18 de octubre para que se confirme en la Asamblea del Comité Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el nuevo formato del torneo de Primera ya divide las aguas entre quienes están a favor de su renovada composición para federalizar la competencia y aquellos que lo consideran un artilugio para beneficiar a determinados equipos.

“En esta decisión influyó claramente el descenso de River”, aseguró el presidente de All Boys, Roberto Bugallo, quien fuera uno de los cuatro representantes de los clubes que se abstuvo de dar su voto positivo en la reunión en el predio de Ezeiza, el lunes por la noche, que dio el primer paso para modificar la estructura del certamen. Junto al dirigente del club de Floresta, en la misma sintonía de la abstención se posicionaron los directivos de Racing, Vélez y Newell’s. Y así especificó su postura Bugallo: “No me parece bien aprobar algo en una tarde. Se necesita tiempo para analizar si este cambio es beneficioso o perjudica”. Y agregó: “Los ascensos no logrados en la cancha a los hinchas les duelen un poco”.

La sentencia pone en consideración lo sucedido con su equipo, ya que All Boys subió a Primera División en la temporada anterior luego de superar en la Promoción a Central, otro de los clubes que se vería favorecido por el nuevo sistema, ya que de los 20 planteles que hoy componen la B Nacional, salvo los cuatro últimos en la tabla general del campeonato que está por comenzar, los demás ascenderán directamente. Y ante esa situación, el dirigente se preguntó, ironizando: “¿No era que el proyecto más serio era que queden 20 equipos por categoría?”, algo que había quedado estipulado en 1985 con la creación del viejo Nacional B y que en su momento perjudicó a All Boys, que fue el primero que quedó por fuera de esa segmentación y debió afrontar el torneo de la Primera B Metropolitana.

Con esa acusación detrás, el flamante entrenador de River, Matías Almeyda, prefirió resaltar lo que necesita su equipo. “En River hay que ganar siempre y salir primero. Por eso, a nosotros, esto no nos cambia. No hay tranquilidad y sí mucha responsabilidad para sacar a este club adelante”, enfatizó.

Por lo pronto, más allá de su reticencia con respecto a la idea impulsada, Bugallo es contundente. “Nunca vi que algo se rechace en una Asamblea. Le podrán hacer algunos cambios puntuales, pero la realidad es que ya está todo definido y lo van a confirmar”, consideró.

Sobre la velocidad con la que se aprobó el proyecto, también tomó la palabra el vicepresidente de Vélez, Julio Baldomar: “Cuando nos sentamos nos pusieron el proyecto para que se apruebe y dijimos que necesitábamos al menos una semana, pero evidentemente esto necesitaba cierta urgencia y se decidió una votación”.

En ese sentido, sale a flote otro puntal clave en la discusión: la televisación y distribución del dinero entre las instituciones. El dirigente del conjunto de Liniers señaló que el proyecto del nuevo formato no salió de la AFA y apuntó a la “relación contractual” que la entidad que preside Julio Grondona tiene con el gobierno nacional por los derechos de la televisación de los encuentros. “Es una forma de hacer un torneo más atractivo para la televisión”, sintetizó. Esa misma postura esbozó el vocero de la entidad madre del fútbol argentino, Ernesto Chesquis Bialo: “Sin televisión no hay fútbol. La televisión paga, compite y se pone de acuerdo al contenido y al valor de ese contenido. Esta televisión tiene voz y por lo tanto también tiene determinación”.

La postura tiene explicación. Con el nuevo formato, el Estado incrementaría el monto económico que destina al programa Fútbol Para Todos, que rondaría entre los 1200 y 1500 millones de pesos anuales, en lugar de los poco más de 600 que desembolsa en la actualidad. La incorporación de la B Nacional a la máxima categoría, además, obligará a rescindir el contrato que la AFA posee con Tele Red Imagen Sociedad Anónima (Trisa), la empresa que contiene los derechos de televisación del ascenso que se emite por TyC Sports. Ese sería el segundo contrato que rescinde AFA con Trisa, ya que en 2009 hizo lo propio en torno de los derechos de televisión de los partidos de Primera, para luego negociar con el gobierno nacional.

“Tendrían que fijarse las nuevas pautas, pero nos dijeron que recién en octubre nos dirían cuál sería el ajuste”, aportó Baldomar al desconocer la cantidad de dinero que recibirán los clubes con el nuevo sistema, pese a que la intención sería repartir igual cantidad para todas las instituciones que afronten el campeonato.

Con esa premisa, Cherquis Bialo puntalizó: “Cualquier empresa que paga quiere ver a los mejores protagonistas, asegurarse que la novela o el unitario está protagonizado por los mejores porque paga para eso, y no está sólo condicionada a un resultado deportivo”.

En esa cuestión del presupuesto se enfoca Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza y principal opositor a Grondona de cara a las elecciones que se llevarán a cabo en octubre, que sostuvo ayer que el intento de crear un único torneo de Primera División es una “parte” de un proyecto que él mismo había elaborado para federalizar el fútbol nacional, y afirmó que el propiciado por la AFA es “una conveniencia política enorme para Grondona y tiene como objetivo tratar de sacarle más plata al Estado”. “Se hace todo así, de manera apurada, sin ninguna lógica, sin explicaciones. Le llevaron la idea a Grondona, vio que tenía una conveniencia política enorme, y entonces avanzó”, deslizó.

La pelota todavía no comenzó a rodar en la cancha, pero el nuevo torneo ya comenzó a jugarse en los escritorios.