Ganar por 26 puntos, dejar a su rival en apenas 53, tener a sus cuatro NBA anotando en doble dígito, quedar a una victoria de la clasificación a falta de tres partidos, no pasar ni un solo sobresalto en todo el juego... Todos esos argumentos alcanzarían para explicar una gran actuación de un equipo. Pero la Selección Argentina deBásquetbol puso tan alta su propia varilla, que cada vez es más difícil elogiarla. Con una superioridad que por momentos aburrió, el equipo de Julio Lamas venció 79-53 a un opaco Canadá y acaricia su pase a las semifinales. Luis Scola, con 22 puntos, fue el goleador argentino, pero Emanuel Ginóbili, por su labor cuando el encuentro no estaba resuelto y por algunos destellos de calidad en el final, fue la figura de la noche.

Con la experiencia del primer tiempo de Panamá, Canadá salió a plantear una estrategia similar. Y tras un rato de confusión en los primeros cinco minutos, donde Scola no encontraba el aro y los visitantes se hacían fuertes en la zona con el grandote Anthony y Olynyk, el equipo de Lamas encontró en las penetraciones de Ginóbili y de Delfino el arma para perforar esa defensa. Así de un opaco 6-7 pasó a un cómodo 15-7 con un parcial 9-0 en menos de tres minutos. Por más que en ataque no encontraba una buena efectividad, la Selección se las ingeniaba para estirar las diferencias a partir de la solidez y los robos en su canasto, que permitieron algunos puntos sencillos en contragolpe. “Somos como esa película en la que el protagonista se va poniendo más joven (El curioso caso de Benjamin Button), más viejos estamos y más corremos”, le contestó Carlos Delfino a Página/12 ante la consulta sobre ese aspecto del juego. “Lo hablamos y estamos intentando correr como si fuésemos más chicos para tener más puntos fáciles”, resaltó el escolta de Milwaukee. “Si defendemos bien, podés correr”, agregó Ginóbili. “Hicimos 15 puntos de contraataque y, si dejas a tu rival en 22 puntos en un tiempo, todo es mucho más sencillo”, agregó el bahiense, que anotó 16 tantos, 14 de ellos en la primera mitad.

Maniatado por la defensa argentina, Canadá atacaba como podía. Entre las numerosas pérdidas (12 en el primer tiempo) y los lanzamientos fallados, los norteamericanos casi no inquietaron, salvo en un lapso de sequía argentina, que permitió que se acercaran a cinco puntos (25-20). Pero bastó que Ginóbili regresara al campo para que liderara otra vez al equipo, con puntos, robos y asistencias, para completar su mejor primer tiempo del torneo. Así el equipo de Lamas recuperó una ventaja cómoda, a pesar de que apenas acertó un 37 por ciento de los tiros de campo. Del otro lado, lo de Canadá era bastante peor, con apenas cuatro jugadores consiguiendo puntos. “Si el equipo defiende bien y se pasa la pelota, tenemos muchas chances de ganar”, resaltó el entrenador argentino. “Y otra vez pasó eso”, agregó.

Poco cambió en el tercer cuarto. Sin una exigencia real, el conjunto de Lamas entró en un período de letargo, con ofensivas mal trabajadas y con Scola algo empecinado en buscar el aro. Así y todo, el capitán volvió a ser el goleador con 22 puntos, 19 de ellos en ese período. Los minutos corrían y el público, menos que en las dos jornadas anteriores, parecía pedir algo más. “Cuesta, no es fácil sacar 20 puntos. No es un sprint, hay que cuidar las piernas para llegar bien al 10”, justificó Nocioni ese rato de intrascendencia. Lamas también le encontró una explicación al bajón. “En este tipo de torneos, en los que tenés que jugar cuatro noches seguidas, no es como cuando uno tiene un partido por semana. Acá hay que tocar el equipo aunque esté jugando bien, porque lo importante es llegar fino a la semifinal. Y por ahí pasan unos minutos hasta que volvés a acomodarte”, aseguró el técnico argentino.

Con el regreso al campo Ginóbili, el panorama cambió. El escolta le puso algo de magia a la noche marplatense, para levantar a la gente. En uno de los típicos pick and roll con Scola, el bahiense lo asistió de caño, para que explotara el Poli. Con algunos lujos de Ginóbili y dos triples consecutivos de Nocioni, Argentina terminó de sentenciar el partido, se floreó en los últimos minutos y maquilló una victoria, que por momentos fue aburrida, pero no tuvo casi ningún aspecto reprochable. Para estirar su racha positiva y para quedar a una sola victoria de la semifinal.