DEPORTES
La crisis económica ya llegó al fútbol más poderoso del planeta
La Premier League inglesa ya no es lo que solía: si hasta el Manchester United, el club más rico del mundo, no puede gastar una libra más en contrataciones, y sobran los equipos que, aun en manos privadas, dan déficit.
El Manchester United ve retroceder sus beneficios, Leeds está al borde de la quiebra, sobran los clubes deficitarios: el fútbol inglés, uno de los más activos en contrataciones, ha entrado en recesión y debe ajustarse el cinturón, cuando los derechos de transmisión televisiva de la Premier League podrían ser renegociados a un precio mucho más bajo que el actual.
“Si Sir Alex quiere comprar un jugador, primero tendrá que vender a otro.” El director del United, Peter Kenyon, anunció esta semana una baja de beneficios para el primer semestre 2002-2003 del orden del 34 por ciento, de 29,4 millones de euros (cifra similar en dólares), enviando un claro mensaje a su entrenador.
Basado en su status de club más rico del mundo, Manchester tiró la casa por la ventana para comprar a Rio Ferdinand, por 47 millones de euros. En total el club gastó cerca de 130 millones para contratar, además de a Ferdinand, a Juan Sebastián Verón (que, lesionado, no jugó ayer) y al holandés Ruud van Nistelrooy. “Esas transferencias con precios tan elevados pertenecen al pasado”, advirtió Kenyon.
Al golear 4-0 al Liverpool, el Manchester alcanzó ayer la punta de la Premier League, alcanzando al Arsenal, que igualó 1-1 con Aston Villa. Pero si, con una buena base financiera, adopta una actitud prudente, los otros clubes ingleses, en su mayoría deficitarios, se verán obligados a disminuir sus plantillas.
El más amenazado de ellos, Leeds United, que jugó la Champions League hace dos años, se encuentra hoy con una deuda de 121 millones de euros. Su presidente, Peter Ridsdale, presentó su renuncia el lunes pasado, dejándole a su sucesor una sola posibilidad: vender a las últimas joyas futbolísticas para evitar la bancarrota. El equipo goleó ayer 6-1 al Charlton, pero eso no cuenta para equilibrar las finanzas.
Leeds vendió a Ferdinand, a Robbie Keane (en 11 millones de euros), y en enero a Jonathan Woodgate (en 14 millones de euros). En los próximos meses, el club que se encuentra amenazado por el descenso debería sacrificar a sus estrellas australianas Mark Viduka y Harry Kewell.
“Si nos mantenemos en la Premier League podremos afrontar la deuda, pero si descendemos corremos el riesgo de ser puestos bajo administración judicial”, advirtió el lunes un miembro del Consejo de Administración.
También Arsenal, a pesar de su doble conquista (Liga más Copa) del año pasado, tendrá déficit este año. El club londinense deberá solicitar un crédito de 468 millones de euros para construir su nuevo estadio de 65.000 localidades en Ashton Grove, en el norte de Londres, que debe ser inaugurado en el 2005.
Liverpool, por su parte, declinó cortésmente las proposiciones del brasileño Rivaldo, prefiriendo confiar en “jóvenes jugadores que se adaptarán mejor al espíritu del club”, pero que sobre todo cobrarán sueldos mucho más bajos.
Chelsea, que venció 2-1 al Sunderland y quiere jugar la Liga de Campeones el año que viene, anunció esta semana un ejercicio deficitario para el primer semestre del orden de los 17,5 millones de euros, y Bolton, cuyo único objetivo es mantenerse en primera –ayer venció 2-1 al Manchester City– tendrá un saldo negativo de 1,56 millones de euros. Para los dos clubes, las pérdidas son imputables a contrataciones no compensadas por las ventas.
En los futuros contratos, los sueldos podrían ser reducidos sensiblemente. Chelsea no quiere, por ejemplo, pagar 62.500 euros por semana a jugadores como el holandés Winston Bogarde, que no juega.
Pero el principal peligro para los 20 clubes de la Premier League viene de parte de los canales de TV, que pagaron 2560 millones de euros en tres años, y se niegan a pagar precios tan elevados a partir del 2004 para unos partidos que en audiencia están en caída libre.
Diez días atrás, el secretario general de la UEFA, Gerhard Aigner, lanzó un dramático llamado a las 52 asociaciones del fútbol europeo: “Tenemos que enfrentarnos a profundos cambios en nuestro ‘medioambiente’ económico.Ya no estamos en la época de oro. Hoy los ingresos disminuyen, y hay que encontrar un nuevo equilibrio”, afirmó el dirigente suizo.
La UEFA lanzará una “licencia” para los clubes con el objetivo de borrar los desequilibrios registrados en los últimos años entre los clubes, algunos de los cuales siguen efectuando gastos considerados excesivos para seguir jugando a lo grande sus campeonatos y en el plano europeo, a pesar de estar muy endeudados.
Durante la presentación del presupuesto 2003-2004 de la UEFA, Aigner dijo que las cuentas oficiales prevén “una disminución de los ingresos provenientes de las fuentes tradicionales (...). Especialmente una disminución de las recaudaciones por concepto de televisación y de las generadas por el fútbol en general”.