EL PAíS › ELISA CARRIO, DE GIRA ELECTORAL POR EL NORDESTE, HABLA DE POLITICA Y DE LA CAMPAÑA
“Uno va a ser del PJ y la otra seré yo”
Ve un empate a cuatro puntas y asegura que va a estar en la segunda vuelta. Explica su estilo de campaña, por qué no hace actos y por qué cree que la pobreza material es una de sus fuerzas. La guerra de Irak y sus ideas sobre imperio e independencia. La Capital y la fragmentación del espacio progresista.
Por Felipe Yapur
Al costado de la ruta, el verde de la selva se desplaza velozmente. El velocímetro del auto que traslada a Elisa Carrió hasta Iguazú sobrepasa peligrosamente los 120 kilómetros por hora en una lengua asfáltica que sube y baja pronunciadas lomadas. El perfil de la candidata presidencial del ARI se recorta por delante de esa imagen en movimiento que cada tanto se interrumpe con incomprensibles hileras de pinos, expresión moderna de la colonización del mercado durante la década menemista. Carrió se siente ya en la segunda vuelta enfrentando a Carlos Menem o a Adolfo Rodríguez Saá. De Néstor Kirchner dice que “su voto no existe”. Mientras tanto, pergeña posibles apoyos a candidaturas como la del socialista Hermes Binner en Santa Fe y de Aníbal Ibarra en la Capital Federal: “Voy a hacer todo lo posible para que no se fragmente el voto progresista y de centro izquierda”, aseguró a Página/12.
Montecarlo es un pueblo de inmigrantes alemanes y polacos donde históricamente triunfó el justicialismo hasta que la Alianza los desbancó. Hoy, según datos oficiales, Carrió está segunda detrás de Menem en intención de voto. Está a ubicada 180 kilómetros de Posadas, rodeada de altos árboles, flores multicolores y tierra colorada que se cuela por todos los rincones. Hasta allí llegó Carrió para reunirse con productores que buscan una alternativa a su decaída yerba mate y para hablar ante unas 200 personas que cortaron la avenida principal. La líder del ARI habló de tranquilidad y del voto silencioso que cambiará el modelo. Cuando el acto finaliza, el auto arranca presto y comienza el reportaje.
–En sus discursos usted hizo referencia a su tranquilidad. ¿Por qué?
–En general la tranquilidad es paz interior. En estas batallas que son difíciles hay que tener algunos elementos que son centrales para mantener la serenidad y la templanza. Uno es reconocer la realidad y lo segundo es no cometer errores por desesperación. Lo tercero es estar fuertemente convencido de que lo que se está ofreciendo es lo más serio y progresista que se puede ofrecer a un país.
–¿La tranquilidad declamada no choca con la denuncia sobre el posible fraude que puede producirse el día de los comicios?
–Las circunstancias que vive el país no son fáciles. Los antecedentes que hay no son buenos. Hubo elecciones internas que terminaron en fraude y hasta en suspensión de elecciones provinciales. Digo, hay una cuota de previsibilidad de por lo menos unos comicios que pueden estar afectados en su transparencia, sobre todo si se tiene en cuenta la mínima diferencia que existe entre los candidatos.
–Bueno, es factible que el 27 de abril pueda haber entre 3 y 4 candidatos asegurando que pasaron a la segunda vuelta.
–Hoy hay un claro cuádruple empate. Y si las diferencias son de uno o dos puntos, que es el error en los muestreos, puede no saberse el resultado durante varios días si se mantiene esta situación. De todas formas, creo que no se mantendrá el empate. En la última semana habrá un despegue de los que pasarán a la segunda vuelta.
–¿Y que serán?
–Uno va a ser justicialista y la otra seré yo. Puede ser Menem o Rodríguez Saá y en ningún caso Kirchner porque en el norte su voto no existe.
–¿Ese despegue como usted dice se puede conseguir sólo con una fuerte campaña publicitaria?
–No. Cuando uno recorre el interior, mucha gente está pensando. Hay un voto silencioso, no decidido y creo que la última semana se destrabará. Hoy sube uno y baja otro pero siempre dentro del error de muestreo. Y losque dicen lo contrario están mintiendo o están siendo pagados porque lo que hay es un empate.
–¿Los encuestadores están mintiendo?
–Las que se publican no dicen la verdad.
–¿Dentro de esta posibilidad de fraude, qué responsabilidad le cabe al gobierno de Eduardo Duhalde?
–Nosotros advertimos esto para que el Gobierno no quiera jugar al fraude. Les estamos diciendo que los estamos mirando, porque la insistencia nos permite que no se produzca. Entonces, un gobierno controlado podrá hacer menos cosas de las que podría hacer ante un silencio colectivo.
–Algunos de los diputados del ARI sostienen que la posibilidad del fraude no estará en las urnas sino en donde se controla el escrutinio, en el Ministerio del Interior.
–Yo sólo hago esta advertencia porque los precedentes son graves. Acá se está disputando poder y parte de ese poder es mafioso y pensar que será un concurso de pinturas de un jardín de infantes, es por lo menos una inocencia que podrá ser complicidad.
El diálogo se interrumpe. Un pequeño grupo de indígenas guaraníes hacen señas a la vera de la ruta. El diputado provincial del ARI, Carlos Esperanza que conduce el vehículo frena. Julio, cacique de este grupo abraza y besa a la candidata. Detrás suyo, una joven de 18 años cuida las artesanías que venden para sobrevivir. A sus pies duerme una beba de ocho meses totalmente desnuda. A su lado, un cachorro de chancho del monte husmea la tierra roja. Julio relató con lentitud pero con firmeza las intenciones de un grupo español, propietario ahora de sus tierras, de desalojarlos. Carrió se compromete a ayudarlos al tiempo que una adolescente se acerca con las manos en la boca. “Es la de la televisión”, dice sorprendida. Poco después continúa el viaje. Otra vez a la ruta.
–La campaña está terminando. Usted dice que fue un milagro. ¿Cuáles fueron los errores que se cometieron?
–Creo que las debilidades de nuestra campaña son en realidad nuestra fortaleza. Nosotros tenemos debilidad porque decidimos no aceptar financiamiento privado y al no tener dinero no hay afiches, no hay propagandas televisivas y no hay locales. Todo fue un esfuerzo monumental de militantes. Viajamos por todo el país con una austeridad enorme. Esto por un lado es una debilidad enorme frente a los otros candidatos que gastaron millones, que además me gustaría que demuestren de dónde sacan este dinero y así la gente sabrá para quién gobernarán. Así y todo llegamos a un cuádruple empate contra todos los aparatos, contra el poder institucional del poder que utiliza los planes Jefas y Jefes de Hogar, contra los intendentes, contra la propaganda y contra candidatos oficiales de algunos medios de comunicación.
–¿Por qué el ARI no hizo actos masivos en Córdoba o en Buenos Aires donde está la mayoría de los votos?
–Ya no hay más actos masivos. Además los otros candidatos los hacen pagándole a la gente para que estén. Son actos ficticios. Piense que lo que nosotros gastamos para la campaña nacional lo gastaron ellos para el acto de River de los otros días. Yo me sentiría avergonzada y humillada si sé que la persona que me está escuchando vino a cambio de un precio, a cambio de la comida o de un plan social. De vergüenza me retiro de la política.
–¿Más allá de lo que usted destaca, no cree que los socialistas fuera del ARI es uno de los errores de su campaña?
–Para mí no. Porque este es un camino que se está abriendo. Muchas veces significa que se produzcan diferencias por la forma de hacer política. Yo no vine a la política para hacer acuerdos partidocráticos tradicionales porque si no me hubiera quedado y sería candidata del partido radical. Nosotros estamos acá para hacer otra política. Yo rescato enormemente a Alfredo Bravo, más allá de los agravios que en silencio recibí en los últimos días. Es una persona valiosa y vamos a hacer todos los esfuerzos para que en todos los lugares posibles se pueda ir junto a los socialistas. Ya lo dije en un reportaje anterior a este diario, no voy a abortar liderazgos aunque provengan de otros partidos para que no lideren o ganen provincias. Vamos a hacer todos los esfuerzos para apoyar a (Hermes) Binner en Santa Fe e incluso estamos haciendo todos los esfuerzos para que no se fragmente el voto de centro izquierda y progresista en Capital Federal.
–Vamos por parte. ¿Es posible una vuelta del socialismo que implique que la fórmula de ese partido se baje de la carrera electoral?
–Lo único que digo es que haremos todos los esfuerzos necesarios para no seguir fragmentando y que no fue la actitud que se tomó con nosotros. Vamos a hacer esa contribución, si los demás lo quieren hacer es su decisión, no morimos por ello.
–¿A partir de esto, usted está en condiciones de decir que apoyará a Aníbal Ibarra en Capital Federal?
–Yo no voy a decir nada porque eso lo decide el ARI de Capital, pero sí voy a hacer todos los esfuerzos para que no haya diez candidatos del espacio porque de lo contrario le damos la victoria a (Mauricio) Macri. Y yo quiero que haya un jefe de gobierno y no un empresario con sus negocios en la ciudad de Buenos Aires. Y esto implica ceder y renunciar y estamos dispuesto a hacerlo.
–¿Entonces, se puede descontar un apoyo a Binner?
–Vamos a hacer todos los esfuerzos. Binner es una gran persona, pero también decimos que tiene que haber actitudes generosas de todos lados.
–Usted dice que o se vota por el ARI que es la lucha por verdad, justicia y trabajo o se vota por las mafias. ¿Los tres candidatos del PJ representan por igual a la mafia?
–Los tres candidatos del PJ tienen vinculaciones con financiamiento empresario que no pueden explicar. Tienen una política exterior de alianza directa con Bush o ambigua como la del candidato de Duhalde. Tienen manejos de poder en sus provincias que violan los elementos republicanos más básicos, de modo tal que lo único que se generó es una duda acerca de la posibilidad de un cambio real en el país. Ahora, esa duda nos está llevando casi a una condena trágica. Mire, como hay dudas de que las mafias pueden ser derribadas, entonces no tenemos confianza en nosotros mismos y en los candidatos que pueden expresar esa posibilidad y terminamos siendo funcionales a que gane el jefe de la mafia. Así creo que quedamos en una duda adolescente de si me gusta o no me gusta y en el detalle. Casi es como un sino trágico. Entonces, digo que hay que animarse a cambiar, dejarse de jorobar con las pequeñas cuestiones. Hay que pelear para estar en el ballottage para imponer un modelo de país distinto. Dejemos de ser adolescentes y pasemos a ser adultos porque si en este país gobiernan los otros nos vamos a quedar sin la Patagonia, sin el Banco Nación y sin las tierras.
–Hace no mucho tiempo varios ministros de Duhalde deslizaron la posibilidad de apoyarla en una segunda vuelta si se enfrenta con Menem o Rodríguez Saá. ¿Lo aceptará?
–No, porque expresamos dos países antitéticos, porque tenemos prácticas políticas distintas, porque no queremos llegar de cualquier manera. Cómo es esto de asociarse a una mafia para ganarle a la otra.
–Pero usted no podrá impedir que Duhalde diga que hay que votarla.
–Entonces no lo voy a habilitar bajo ninguna circunstancia.
–¿Y qué pasa si gana Menem?
–La verdad que sería la mayor lección que podría un pueblo recibir como castigo por decidir no creer en lo mejor que tiene y que es su concienciay sus valores. Pero le digo que antes o después yo voy a ser presidente. Y lo digo porque tarde o temprano tendremos que limpiar este país.
Por fin, Iguazú y la Triple Frontera asoma entre lo que queda de la selva. Las lomadas permiten ver cómo lenguas rojas zigzaguean entre las casas y los primeros comercios. Son algo más de las tres de la tarde, Carrió quiere almorzar, está con hambre. Muy cerca de allí la esperan los delegados del PT brasileño José Elías Aiez Neto y André Aliana y la representante del Partido Radical Liberal Auténtico de Paraguay Margarita Giménez. Con ellos el tema principal será el Mercosur y la guerra en Irak. Dos temas que se convirtieron en la última pregunta.
–Cuando habla de la invasión de Estados Unidos a Irak dice que es la última oportunidad de América latina de reconstruirse. ¿Cómo podrá ser?
–Primero que nada Irak es el inicio de un proceso de guerras generalizadas y segmentadas. Segundo, en el orden internacional, la ONU está quebrada. Estamos frente a una guerra política que está perdida por Bush, porque su mayor derrota es que perdió la autoridad que podría haber tenido en el mundo. Esto es el inicio del fin de un imperio. En ese contexto, geopolíticamente, América del Sur tiene la mayor y más grande pero también la última oportunidad de poder construir una clara estrategia agroindustrial, porque un mundo en guerra requiere de alimentos. Tiene que tener un principio de altísima integración política más allá del Mercosur donde América del Sur sea el horizonte de una nueva democracia y nueva prosperidad y donde se convierta en garante de algún continente en paz. Hay que cerrarse para que Estados Unidos no ingrese por la cabecera de playa que tiene en Colombia y en esto, la decisión del 27 de abril es estratégica para todos estos países. Y digo esto porque si bien no somos el país más importante de la región, o rompemos esta estrategia aliándonos con Bush si gana Menem o decidimos ir a una fuerte integración con Brasil, consolidar el continente y de allí al mundo. Todo lo demás es doble política exterior que incluso representa (Ricardo) López Murphy.