ESPECTáCULOS › UN JUICIO ORAL Y PUBLICO A LA POLITICA, EN FORMA DE OBRA TEATRAL
El supremo tribunal de la cultura
El Movimiento Argentina Resiste y el Movimiento de Apoyo al Teatro organizan para el 14 de abril una original forma de interpelación a los candidatos. De allí saldrá, además, un proyecto de ley de protección a las artes.
Por Oscar Ranzani
El grito callejero “que se vayan todos”, escuchado desde aquellos calientes días de diciembre de 2001, fue una especie de condena popular sumaria a casi la totalidad de la clase política argentina. Ahora, un grupo clave del movimiento cultural argentino asume el rol fiscalizador y se propone una original acción pública. El Movimiento Argentina Resiste (MAR) y el Movimiento de Apoyo al Teatro (MATe) organizan una jornada que se concretará el 14 de abril en el Teatro Liceo bajo la denominación “Tribunal de la cultura. Juicio oral y público a la clase política” y con un argumento principal: “Indiferencia e ignorancia en el tema de la cultura”. Si bien la actividad será simbólica, como resultado de ese “juicio” se anunciará un proyecto de ley marco que sirva para proteger el desarrollo de las artes en todo el país, cuya elaboración está en manos de un equipo técnico del MAR (ver aparte). “La idea es presentárselo al nuevo presidente en el momento caliente en que esté por asumir o que recién asuma y a los legisladores del área cultural”, precisó a Página/12 Roberto “Tito” Cossa, miembro del comité organizador.
Cossa reconoce que buscaron un instrumento que les permita instalar el tema de la cultura en medio de la campaña electoral. “Nosotros vemos que prácticamente los políticos nunca hablan de cultura y le desconfían o la consideran un divertimento, o algo importante pero para pocos”, explica. “En principio se pensó en tener a los candidatos en el juicio. Hasta que en una charla coincidimos en que no iban a venir ni iban a poner la cabeza donde están todos en contra y donde los iban a basurear en medio de la finalización de la campaña. Ahí fue que decidimos hacer algo un poco más ficcional”, explica.
Al igual que en un juicio oral, habrá fiscales, defensores y jurados. “Algunos artistas van a recitar textos históricos sobre el sentido y la importancia de la cultura. Todo esto poetizado teatralmente. En la fiscalía y la defensoría va a haber más de un actor. Allí estarán Juan Carlos Gené, Raúl Rizzo, Virginia Lago, Graciela Dufau, Alejandra Boero, entre otros”, anticipa Cossa, el autor. “También se está trabajando sobre dos personajes de la realidad pero que ya están muertos y harán su aparición representados ficcionalmente. Uno de ellos es Herman Göering, ministro de aviación de Hitler, aquel que dijo ‘cada vez que escucho la palabra cultura me llevo la mano a la pistola’. El otro es Jorge Luis Borges”, dice sobre la representación ficcional. Otros actores que participarán de esta puesta son Alfredo Alcón, Valentina Bassi, Osvaldo Bonet, Lito Cruz y Ulises Dumont.
Continúa Cossa: “Después van a haber tres presentaciones de gente que no trabaja con libreto y que van a ser llamadas a testimoniar. Una de ellas es Alcira Argumedo, una prestigiosa socióloga que va a hablar de la importancia de la cultura en la vida de los pueblos. También va a estar Julio Bárbaro, que se va a referir desde su experiencia sobre lo que cuesta que te den pelota siendo funcionario de Cultura. Y Luis Brandoni va a hacer algo que podríamos denominar una defensa de los políticos preguntándose si son responsables de todo”.
–¿Se trata de una actividad cultural con un mensaje político o es una propuesta política surgida en el seno de la cultura?
–Es una propuesta política que nace de gente de la cultura usando el teatro como instrumento.
–¿Se puede decir entonces que tanto usted como los demás organizadores adhieren a la idea del arte como motor para la transformación social?
–Bueno, lo usamos. Yo creo que el arte es minoritario. No es como cuando nosotros éramos adolescentes que creíamos que podíamos cambiar el mundo con el arte. Pero sí ayuda cuando un artista sin violentar su oficio y su arte, tiene la posibilidad de usarlo. Es decir, un poema que se convierta en una canción y que la canción se convierta en himno. Este es un acto político con estructura teatral.
–¿Cómo se puede enfrentar esta situación de indiferencia hacia la cultura que tienen ciertos sectores políticos?
–En principio, hay que pelearlo. La ley de teatro la sacamos protestando. Todo lo que se logra siempre es peleando. Pero me parece que siempre faltó lo que este tribunal le da: la unidad de todas las artes y, sobre todo, la posibilidad de debatir con los políticos la importancia de la cultura. Y que de una vez por todas no le tengan miedo y que tampoco la desprecien. Es una actividad que como la educación o la salud merece protección.
–Muchos políticos no consideran a la cultura como una de las principales cuestiones a resolver...
–Por eso estamos. Partamos de la base que tenemos una clase política mediocre. Y además no se ha instalado la importancia de la cultura. Y eso no es todo culpa de los políticos. Es también responsabilidad de los artistas por no debatir el tema, no tomar acciones conjuntas y unidas. La responsabilidad nuestra es también asumir una lucha. Hay que crear instrumentos que sean para siempre. Que se puedan mejorar más adelante pero que sean para siempre.
–¿Qué respuesta espera de los políticos una vez que finalice el tribunal?
–Si lo hacemos bien y tiene repercusión esperamos que tenga continuidad, que no quede en esa noche y que el tribunal nos ayude a tomar conciencia para unirnos y pelear por esta nueva ley.