A los aprietes al presidente de Independiente, Javier Cantero (foto), en su oficina en la sede del club por parte de un grupo de barrabravas, y a las represalias que éstos tomaron el sábado pasado por no haber recibido entradas para ver el encuentro de visitante frente a Arsenal, se le sumó ayer un nuevo hecho. El colegio del club sufrió una amenaza de bomba, que obligó a la suspensión de las clases y a la intervención, para la revisión de las instalaciones, de la Brigada de Explosivos de la Policía Bonaerense, que finalmente no encontró ningún tipo de explosivos en el lugar, tras lo cual se reanudaron las clases con normalidad. “Es un intento de sembrar miedo”, comentó el vicepresidente del club, Rubén Vázquez, quien vinculó la amenaza con el conflicto que la institución mantiene con los barrabravas y remarcó que las denuncias realizadas por Cantero ante las autoridades sirvieron para que “salga a la luz un tema que mucha gente miraba para los costados”.