DEPORTES › LA AFA EXPLORA EN EUROPA UNA ALTERNATIVA PARA TELEVISAR LOS TORNEOS
Hay rayitas en las pantallas del fútbol
La caída de PSN, el canal de cable latinoamericano deportivo, arrastró al borde del precipicio a Torneos y Competencias, a tal punto que en la AFA ya piensan en una variante para la televisación de los partidos de Primera, ya para evitar un recorte de ingresos, ya para no salpicarse...
Por Gustavo Veiga
Ciertas calamidades no se televisan, ni tienen la audiencia del fútbol. Es el caso de PSN (Panamerican Sports Network) que, con su caída, acercó hacia el borde del precipicio a Torneos y Competencias (TyC). Un paradigma de capitalismo volátil, de sospechosas inversiones y ganancias que debían ser rápidas. “Cuatro vivos se llenaron de plata”, dijo desencantado Eduardo Deluca, el secretario general de la Confederación Sudamericana (CSF). Desde Cali, Colombia, el relator Gonzalo González apuntó: “Da la impresión de que hay manejos oscuros en todo este proceso, despiden a los empleados de la noche a la mañana, y, lo peor, nada se puede comprobar...”. El cierre del canal con sede en Miami y propiedad del fondo texano Hicks, Muse, Tate & Furst resultó casi simultáneo a un episodio sugestivo iniciado en la Argentina, país a cuya crisis económica se atribuyó la ruina de PSN. El tesorero de la AFA, Héctor Domínguez, viajó a Europa con el mandato de explorar, entre otras cosas, una alternativa al contrato que la asociación firmó con TyC hasta 2014 por los derechos televisivos de los torneos locales. Así los dirigentes se resguardarían de dos eventuales situaciones: un recorte muy grande en los ingresos de TV y, en un escenario más temido, el ocaso de la productora que lidera Carlos Avila.
La ausencia de Domínguez, quien también preside Gimnasia y Esgrima La Plata, quedó registrada en el boletín oficial de la AFA, pero no el motivo de su traslado a Inglaterra. “TyC se cae, no da más. Va a plantear que no puede seguir con el contrato y, con esa excusa, querrá bajar el monto que paga por los derechos. Domínguez viajó para negociar allá con la televisión inglesa.” Esta lucubración le corresponde a un integrante del Comité Ejecutivo de la AFA que no se lleva bien con el dirigente viajero. Domínguez, como Domingo Cavallo después del 20 de diciembre del año pasado, es un hombre difícil de hallar. Página/12 no ha tenido éxito en su búsqueda, pero sí los trabajadores de la línea de ómnibus Río de La Plata, que lo sometieron a un par de escraches frente a la AFA desde que ésa, su empresa, presentó la convocatoria de acreedores.
La zozobra que atraviesa TyC es de diferente. PSN llegó a deberle varios millones de dólares. Cuando en 1998, Torneos y Traffic de Brasil compraron por 15 millones los derechos televisivos de la Copa Libertadores, se los revendieron a PSN por 40 millones y el canal de Hicks, a su vez, los negoció con Cablevisión y Multicanal por 56 millones. Las sucesivas operaciones, como en círculos concéntricos, le permitían al fondo texano venderse y comprarse a sí mismo. Un día después del lanzamiento de PSN, el 27 de febrero de 2000, Avila trazaba el perfil de sus dueños: “...ellos hacen una masa crítica de negocios: tienen una señal de deportes, compran productoras de deportes, toman la administración de clubes y después hacen públicas nuevas unidades de negocios para que el mercado sea accionista de esos negocios”.
A esa altura, el empresario decía no entender qué había ocurrido con el cuestionado banquero Raúl Moneta, su socio, mientras estuvo prófugo. Hoy, ya transcurrida esa experiencia, acaso comprenda un tanto mejor porqué ciertas sociedades se desvanecen en el aire junto a sus dueños. El ejemplo del omnipresente Hicks, otro de sus consocios, debería ser aleccionador para Avila.
Bush, Pelé y Davicce
El hombre que alguna vez pretendió controlar River asociado a TyC, ha negociado tanto con George Bush –cuando era gobernador de Texas le compró su parte en un equipo de béisbol–, como con Alfredo Davicce, cuando éste último presidía a la institución de Núñez. Para acceder a uno de los clubes más poderosos del fútbol argentino Tom Hicks pretendía pagar 23.500.000 dólares por año. En rigor, cambiaba la plata, ya que ese monto lo tenía garantizado River por diferentes contratos. Su emisario, allá pormayo de 2000, no era otro que Luis Nofal, uno de los principales accionistas de TyC, quien le entregó un borrador a Davicce con las cláusulas del convenio.
Ese proyecto leonino capotó debido a la oposición de José María Aguilar y el juez Carlos Liporace, entre otros. El primero era secretario general del club y el magistrado –que ahora es directivo– militaba en la oposición interna. Aquello que Hicks no había conseguido en la Argentina, pese a realizar lobby ante el ex presidente Fernando de la Rúa, sí lo había logrado en Brasil, donde se apoderó de los clubes Corinthians y Cruzeiro.
Gracias a los buenos oficios de Pelé, cuando éste ocupaba el Ministerio de Deportes en Brasil, el fondo texano obtuvo numerosas ventajas legales y comerciales para capitalizarse allí. Hoy, el ex futbolista no sabe si podrá cobrarle los servicios prestados al inversor que favoreció en su momento o a quien fue, hasta hace pocos días, su empleador.
“O Rei” era el columnista más destacado en las transmisiones de PSN a cambio de un contrato por 2 millones de dólares que, ahora, pretende hacer valer ante el cierre del canal. “Si a más tardar este fin de semana (por hoy) no aclara la situación, Pelé no tendrá otra alternativa que recurrir a la justicia para recibir lo que es de él”, informó su representante, el argentino Guillermo Bassignani, en declaraciones publicadas en “Jornal da Tarde”. Pero peor que al brasileño le ha ido a los casi dos centenares de empleados de la señal, entre periodistas y técnicos. Varios de ellos se trasladaron desde Argentina, Venezuela o México a Miami para desempeñarse en un canal que ya no sale al aire (en nuestro país dejó de emitir por Multicanal y Cablevisión, pero se mantiene en DirectTV) y se encuentran en Estados Unidos sin permiso de trabajo.
Incluso, PSN repitió la experiencia de otro emprendimiento liderado por Hicks, “Sports ya”, el portal de Internet que, como tantos otros en su rubro, cerró después de un lanzamiento con toda la pompa. Un periodista que pasó por ambas compañías del fondo texano, le informó a la agencia DPA que “en los dos hubo un mal manejo, un despilfarro de dinero, pero en Sports ya no hubo robo; acá sí”. Sea como fuere, la inversión estimada en PSN rondó los 500 millones de dólares y, desde un principio, resultó inverosímil el afán de conseguir a cualquier precio los derechos de la Copa Libertadores de América, del fútbol italiano, francés y portugués, más la Fórmula 1 y el tenis de la ATP y la WTA.
El combo de TV, Internet y deporte parecía estar en mal estado. Especialistas en el medio televisivo, calculaban un ingreso anual para el canal de 50 millones de dólares. La inversión, sin embargo, había sido diez veces mayor. Algo olía a podrido y no era precisamente en Dinamarca, sino en EE.UU.
La fuga hacia adelante
Panamerican Sport Holding (PSH) es el nombre que Hicks acaba de adoptar para aliarse con su ex rival, la cadena Fox Sports, de la que alumbró una sociedad denominada Fox Pan American Sports. Con la misma celeridad con que el fondo texano está abandonando sus negocios en Brasil, a tal punto que allí se quedaron sin ver la Copa Libertadores por televisión, nació aquella sociedad por conveniencia. Ahora, PSN aporta derechos sobre eventos deportivos y Fox su red de canales, que abarca al productivo mercado estadounidense.
Fox Sports es una de las grandes señales de contenidos deportivos para TV que pertenece a New Corps, del magnate australiano Rupert Murdoch. El secreto de esta alquimia comercial que sacó del paso a los creadores y sepultureros de PSN es la nada desdeñable capacidad de penetración de Fox con sus 3.900.000 hogares en EE.UU. y 9.800.000 en dieciocho naciones de América Latina. A esta flamante sociedad, TyC la abastecerá desde BuenosAires y el resto de la producción correrá por cuenta de la Fox en Los Angeles.
El derrumbe de PSN y la estrepitosa caída en los ingresos que generaba el mercado de la TV por cable en la Argentina, provocaron una seria crisis en la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF). Los 32 clubes participantes en la Copa Libertadores vieron reducidos sus ingresos en un 30 por ciento (de 150 mil a 105 mil dólares por partido como local) y la disputa del torneo que se realiza sin interrupciones desde 1960 corrió peligro. La reciente constitución de la ignota PSH, salvó al certamen más importante de América y la CSF se aseguró los ingresos provenientes de la televisión con dinero fresco que le pagarán desde Estados Unidos.
En este contexto se entiende cómo se tornan inestables ciertas empresas, no sólo a raíz de la crisis económica terminal de una nación como la Argentina, sino a propósito de una política tendiente a conseguir dividendos rápidos, a cualquier precio. En los últimos días de 2001, Dayco Holding Limited, una compañía de EE.UU., cuya dirección es una casilla postal en las islas Vírgenes Británicas, fue adquirida por Enequis SA, otra firma que, como aquella, intervino en el circuito de la compra-venta de derechos televisivos correspondientes a las últimas eliminatorias sudamericanas.
Ambas empresas son suficientemente conocidas por TyC, que les transfirió sus derechos, apenas se los compró a la AFA. La operatoria tenía como fin poner fuera del alcance del Estado argentino cualquier intento de intromisión en la comercialización de los partidos que jugara el Seleccionado nacional. Por entonces, ya había quienes alertaban sobre el concepto de “extraterritorialidad”. No era otra cosa que poner a resguardo, fuera del país, la seguridad jurídica de las compañías, sobre todo si los argentinos pretendían ver a su Selección en vivo y en directo por TV.
Torneos y Competencias, uno de los vértices fundamentales en este entramado de negocios, atraviesa hoy una situación delicada que sus dóciles socios, los dirigentes de fútbol, ya intuían con antelación al fatídico 20 de diciembre de 2001. “Los documentos de TyC, que antes eran como los del grupo Bemberg o Pérez Companc, hoy no te los cambia nadie. Hace meses que no nos reunimos con Avila”, le expresó a este diario un directivo del círculo áulico de Julio Grondona, quien, además, prefirió reservar la mención de su nombre para evitar un problema. Otro dato: algunos clubes de Primera se quejan de que documentos extendidos por TyC no fueron levantados en los plazos que tenían fijados.
Resulta notorio que la empresa dominante en el fútbol argentino, pese a que el gobierno de Eduardo Duhalde le pesificó una deuda estimada en 50 millones de dólares, no goza de buena salud. Una situación que no puede resultar novedosa, pero que mantiene en alerta máximo a los dirigentes del fútbol argentino.