DEPORTES › VIBRANTE EMPATE EN LANUS, LA CANCHA EMBRUJADA PARA LOS ROJOS
Todo muy lindo, pero no hubo goles
Justo y muy entretenido empate en el Sur, con llegadas repartidas. Silvio González fue el mejor de Arsenal, complicando al fondo rojo y apurando al excelente Albil. En el segundo los de Gallego reaccionaron y le dieron tres veces a los palos. Sólo faltaron los goles.
Arsenal e Independiente empataron en cancha de Lanús en un partido muy entretenido. Sólo faltaron los goles, que merecieron ambos. Los de Sarandí, con gran tarea del Pulpo González, llegaron con bastante frecuencia y profundidad, pero Albil aprovechó al máximo la oportunidad que le deparó el conflicto Leo Díaz-Gallego. A Independiente, tres veces los palos le negaron el gol. Los rojos no pueden ganar en esa cancha.
El primer tiempo tuvo un comienzo favorable para Independiente. Dos tiros libres: primero, de Insúa a Castagno, que remató de zurda por encima del travesaño; después, Serrizuela, directo, por encima del horizontal.
Hasta el final del período Arsenal neutralizó el circuito creativo de Independiente –Montenegro e Insúa– y así Silvera quedó aislado y fue intrascendente. Una vez en poder de la pelota, fue Arsenal el que dispuso de ocasiones como para desnivelar, en especial por la tarea del habilidoso Silvio González, amenaza constante por el sector de Serrizuela. Hubo varias, pero la mejor se inició con un cambio de frente de Silvio González, un centro de Darío Espínola y una chilena de Javier Morales que terminó cerca del poste izquierdo. Hubiera sido golazo.
A pesar de que el equipo de Burruchaga tenía controlada la situación, el Rolfi Montenegro recibió un rebote cerca de la media luna y remató abajo y a la derecha de Limia, que retuvo con seguridad. Antes del descanso el local volvió a llegar: probó Andrizzi, tapó Franco, recogió Cogliandro y el zurdazo final del Pulpo González resultó imperfecto.
La segunda etapa fue entretenida porque Independiente salió con todo pero los de Sarandí nunca dejaron de contraatacar. A los 3, tras un corner cerrado, Molina intentó el despeje de zurda, pero el balón dio en el travesaño. En el otro arco, Cantero se proyectó y tocó hacia atrás para Silvio González, pero el delantero le dio suave, fácil para Albil. El Pulpo tuvo otra escapada y tiró abajo a la izquierda de Albil y a los 22 Montenegro la tocó suave y dio en el palo (era el segundo). Ahí comenzó a presionar más el Rojo y, con Arsenal acorralado, el cabezazo de Federico Domínguez lo desvió Limia y otra vez palo... Sólo faltó el gol.