Si el programa Fútbol para Todos modificó la manera en que los argentinos siguen los partidos de sus equipos, pudiendo verlos por TV y de manera gratuita, el último fin de semana los hogares se convirtieron en una suerte de palcos preferenciales distribuidos a lo largo y ancho del país. La inédita definición de los campeones, las promociones y los descensos en la Primera División y el Nacional B convirtieron al sábado y al domingo en días en los que cualquier otra actividad que no sea ver por TV el desenlace de los torneos se planificó para hacer antes de las 15 o después de las 17.30. Basta como prueba los altos índices de audiencia que tuvieron la transmisión de los cuatro partidos en simultáneo del sábado y los siete del domingo, que trastrocaron el comportamiento habitual de los televidentes de la TV abierta durante los fines de semana. El dato de que el domingo ocho de cada diez argentinos que prendieron la TV abierta estaban sintonizando alguno de los partidos que transmitían en simultáneo Canal 7, América, Canal 9 y Telefe permite dimensionar el fenómeno.

Las numerosas paradojas del fútbol argentino sumó el domingo una nueva: la transmisión en directo del partido entre Belgrano y Arsenal de Sarandí, el flamante campeón de Primera, fue el cotejo que menos rating tuvo de los cuatro que se emitieron por TV abierta (los tres restantes fueron por cable). En la pantalla de Canal 9, el equipo fundado por Julio Grondona apenas acaparó una audiencia promedio de 3,2 puntos, de las más bajas del torneo. En contraposición, el partido entre Independiente y Tigre, el otro club que pugnaba por consagrarse, midió en Telefe 10,2 puntos de promedio, triplicando la audiencia del 9. En Canal 7, All Boys y Boca (con suplentes) alcanzaron un rating promedio de 9,2 puntos, mientras que en América el partido por el descenso entre San Lorenzo y San Martín (San Juan) tuvo un rating de 6,4 puntos. En suma, entre las 14.30 y las 17.30, las transmisiones de los cuatro cotejos alcanzaron una audiencia acumulada de 29 puntos, una cifra que dejó a la pantalla de El Trece –la única de la TV abierta que no se acopló al FPT– con una media de escasos 5,9 puntos en esas tres horas.

El panorama del sábado no fue muy distinto: entre las 14.30 y las 17.30, casi siete personas de diez que veían TV abierta sintonizaron alguno de los tres cotejos del Nacional B que se emitieron por aire. La diferencia respecto de la Primera es que un solo partido congregó la mayor cantidad de audiencia: el último cotejo de River en la segunda categoría promedió 18,4 puntos, convirtiéndose en el programa más visto del sábado y de todos las transmisiones de fútbol del atípico, pero apasionante fin de semana.