Luego de cuatro años de esfuerzos, ilusiones y esperanzas, 137 deportistas argentinos comenzarán a afrontar uno de los de-safíos más importantes de sus carreras: los Juegos Olímpicos. Con poquitas chances concretas de medallas pero con la intención de afianzar los progresos mostrados en los Juegos Panamericanos a partir de la creación del Enard, la delegación nacional se larga a ese desafío llamado Londres 2012.

Con medallas en los últimos tres Juegos Olímpicos, las Leonas apuntan a repetir un podio, aunque la ilusión del equipo que comanda Carlos Retegui es por fin conseguir el único título que les falta: la medalla dorada. En la elite del hockey sobre césped desde hace quince años, el conjunto argentino llega en plena renovación, con la abanderada Luciana Aymar, Carla Rebecchi, Noel Barrionuevo y Rosario Luchetti como únicas jugadoras con experiencia olímpica. Para cumplir su objetivo, las rivales a vencer, como casi siempre, serán las holandesas, aunque también hay que tener en cuenta a Gran Bretaña, Alemania y los conjuntos asiáticos.

Para la Generación Dorada, con Emanuel Ginóbili, Luis Scola y Andrés Nocioni como emblemas, Londres significará la última presentación como tal, tras una década brillante y probablemente irrepetible. Por edad y recambio, el objetivo de máxima es apuntar al podio, ya que Estados Unidos y España están un escalón por encima, reconocido por los propios jugadores argentinos. En un mismo plano también aparecen Francia, Brasil, Lituania y Rusia, todos aspirantes a una medalla.

Los restantes representantes de conjuntos argentinos –hockey sobre césped, handball y vóleibol masculinos– aspiran a una buena actuación, ya que las chances concretas de medalla son remotas. Para el handball será su primera participación olímpica, lo que ya supone una meta cumplida, mientras que el hockey y el vóleibol regresarán a los Juegos tras las ausencias en Beijing. El equipo de Javier Weber demostró mucho talento, aunque por la edad de sus integrantes Londres parece una plataforma para ganar experiencia de cara a Río 2016.

A nivel individual, la judoca Paula Pareto, medallista de bronce en Beijing y medalla dorada en Guadalajara, aparece como una de las chances más concretas de podio, más allá de que una lesión en la espalda no le ha permitido competir con regularidad en los últimos años. Claro que como en todo deporte de contacto, un mal movimiento puede terminar con una ilusión de cuatro años. En taekwondo, el correntino Sebastián Crismanich puede dar el batacazo. Por técnica y estilo, está en condiciones de sorprender. Sus triunfos sobre el estadounidense Steven López, dos veces campeón olímpico, y el canadiense Sebastien Michay, medalla de bronce en Beijing, lo avalan. Una competencia peculiar es la de tenis. Las presencias de Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray parecen condicionar las chances de podio, pero un eventual tropezón de ellos puede abrir el cuadro. Juan Martín Del Potro, por condiciones, y David Nalbandian, por adaptación al césped, pueden estar a la expectativa, más allá de sus difíciles debuts. Para Juan Mónaco, la superficie parece ser un condicionante, más allá de su inmejorable presente.

Los deportes reyes de los Juegos, el atletismo y la natación, pueden brindar alegrías, aunque no hay que alentar falsas expectativas. Con una jornada en su mejor marca, Jennifer Dahlgren tiene chances de meterse en una final. Para Braian Toledo, pese a su imparable crecimiento, es más complicado llegar a una definición en jabalina, por los antecedentes de sus rivales. En natación, Cecilia Biagioli, en la competencia de aguas abiertas, llega con la madurez justa para aspirar a un podio. Otra disciplina que en los últimos años le ha dado alegrías al deporte argentino es el yachting, en este caso liderado por Julio Alsogaray y Cecilia Carranza. Para todos, la ilusión ya está en marcha.