Domingo, 25 de noviembre de 2012 | Hoy
DEPORTES › INDEPENDIENTE Y RIVER IGUALARON 2-2 EN AVELLANEDA
El Rojo jugó mejor y se puso en ventaja con gol de Fredes, pero por sus problemas defensivos, los de Núñez lo dieron vuelta a través de Bottinelli y Carlos Sánchez. Más tarde cerró el marcador Galeano. Arbitraje polémico de Pitana.
Por Daniel Guiñazú
La inconsistencia de las defensas y la tierra de nadie que resultó la mitad de la cancha hicieron de Independiente y River un clásico intenso, caliente y no exento de polémicas. Independiente jugó mejor. Movió con acierto la pelota y las posiciones del medio hacia arriba y acumuló las mejores llegadas de la tarde. Pero no estuvo sólido del medio hacia atrás y lo pagó caro, con un empate 2-2 que a su gente le resultó insuficiente. River también dio ventajas notables en el fondo y ratificó que sus problemas en el armado del juego no tienen arreglo. Por eso, también se marchó de Avellaneda disconforme con la igualdad.
Los hinchas rojos tuvieron un motivo adicional para irse molestos de su estadio Libertadores de América: el arbitraje de Néstor Pitana. Y en cierta medida, tenían razón. A los 35 minutos del segundo tiempo, omitió cobrar como penal un manotazo de Leandro González Pirez. En el primer tiempo, también reclamaron un empujón en el área de Mercado a Farías. Pero en este caso, la buena colocación de Pitana enfrente de la jugada le concede la ventaja a la hora de la discusión.
Al momento del análisis se comprende el desagrado de Independiente por el resultado final. A los cuatro minutos de la etapa inicial ganaba 1-0 con un gol de Fredes tras un buen centro cruzado al segundo palo de Ferreyra desde la izquierda. Y generalmente manejó el partido con una fórmula sencilla, pero eficaz: los saques largos desde el arco de Hilario Navarro para Farías, quien anticipó toda la tarde a González Pirez y Bottinelli y pivoteó la pelota para la llegada de Santana, Rosales y Ferreyra, los tres volantes que jugaron por detrás de él en el esquema 4-1-4-1 que Gallego dispuso para la ocasión.
Independiente hizo circular la pelota por abajo y los costados. Y dejó una sensación mucho más armoniosa que River. Sin embargo, no estuvo firme en el fondo. Por eso, sin ser mucho más, River primero le empató a los 22 con un cabezazo de Jonathan Bottinelli tras un tiro libre de Ponzio desde la derecha. Y a los 16 minutos del segundo tiempo pasó a ganar con un derechazo desde el borde del área de Carlos Sánchez que se metió entre una nube de piernas.
Tampoco fue River un dechado de virtudes defensivas. En el primer tiempo, el desorden allí fue mayúsculo y por la izquierda, entre Sánchez y Mercado, Ferreyra hizo lo que quiso. Después del gol de Sánchez, Almeyda metió mano. Los sacó a Villalva y a Mora y los puso a Affranchino y a Trezeguet para transformar el insólito 4-2-1-3 con que arrancó el segundo tiempo en un 4-4-2 más contenido. Sin embargo, no pudo evitar que Independiente le siguiera ganando por arriba en su área. A los 25 minutos, Fredes lanzó un centro de la derecha, Battión la bajó de cabeza y Galeano de arremetida anotó el 2-2 que, cuando se hacen las cuentas finales, de poco les sirvió a los dos. Independiente y River necesitaban algo más. Pero no supieron conseguirlo.
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