No había nada más importante en juego que el honor. Por el lado de Unión, el honor de ganar al menos un partido en este primer torneo Inicial, en Racing el honor de superar su mejor campaña en un torneo corta tras el título obtenido en 2001. Por eso quizás el partido se abrió en el arranque, con un ida y vuelta espectacular. Unión se puso en ventaja y, sobre el final, tuvo chances para ampliar, pero Racing no bajó los brazos y, en el descuento, en jugada de tiro de esquina, se lo empató y le arruinó el festejo.

Los santafesinos se lanzaron al ataque, y los de Avellaneda, con un mejor manejo de pelota, complicaban en las réplicas, con jugadas rápidas y profundas. En esa disposición, los arqueros se vieron rápidamente cargados de trabajo ante las exigencias de Ortiz, de cabeza, Vietto, Fariña por el lado de la vista, Franzoia, Jara y Barisone, de cabeza, por el lado de los locales. El partido era entretenido. Los chicos de Racing apostaban vértigo, pero les faltaba precisión en los últimos metros y, con el correr de los minutos, los errores se fueron acentuando.

En cambio, a Unión le costaba más el juego, porque no encontraba fácilmente la pelota, pero igual, empujado por el aliento de sus hinchas, llegaba con cierto peligro al arco de Saja, que estaba en una buena noche y respondía bien a la exigencias.

En el arranque del complementario, la barra local sacó la pirotecnia y, para colmo, tres banderas de Colón, su clásico rival, y el árbitro Carlos Maglio paró el partido. Los hinchas locales no se daban por aludidos. Recién cuando se retiraron esas banderas, el árbitro reanudó el encuentro.

Racing pudo acaso abrir la cuenta con una gran jugada personal de Centurión, que sólo falló en el disparo final, después de avanzar con la pelota al pie desde su propio campo para quedar mano a mano con Perafán. Había sido la más clara de todas. Y Racing comenzaba a soñar con el triunfo. Pero llegó una jugada de pelota parada cerca del área, Correa la bajó de cabeza, la pelota rebotó en la espalda de Cahais y ahí la volvió a tomar el uruguayo para fulminar a Saja y poner al local en ventaja.

Racing se desesperó y así dejó crecer a Unión, que si no anotó el segundo fue por su arquero. En el descuento, en jugada de tiro de esquina, apareció Centurión y, de arremetida, tras una serie de rebotes, encontró la igualdad.