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“Estos dos partidos con Japón y Corea los tomamos como prueba de fuego para los futbolistas. De acá saldrá la base que jugará las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006.” La definición de Marcelo Bielsa sirve para calibrar la importancia de este nuevo partido de la Selección Argentina, en su segundo regreso al Lejano Oriente después de la eliminación del Mundial 2002, tras el partido de noviembre pasado, cuando la Selección ganó 2-0 en Saitama con goles de Hernán Crespo y Juan Pablo Sorín.
Ni Crespo ni Sorín, ni otros consagrados estarán en este equipo, y habrá que ver hasta qué punto estos once despiertan la expectativa de la gente, que tendrá –si quiere seguirlos de cerca– que despertarse temprano. En todo caso, el cotejo será una prueba interesante para varios de los jugadores, pensando que las eliminatorias arrancan dentro de tres meses, en setiembre ante Chile.
La selección nipona, bajo la conducción de Arthur Antunes Coimbra, Zico, no tendrá como titular al ex delantero de Boca, Naohiro Takahara, porque el Hamburgo lo cedió tarde y no llegó a tiempo, pero sí a la máxima figura del fútbol japonés de la última década, el interminable Hidetoshi Nakata, ahora jugador del Chelsea británico. “Acaba de terminar la temporada y no está al ciento por ciento, pero todavía está en buena forma”, explicó Zico.
La Selección Argentina nunca perdió frente a un combinado japonés, ya que se midieron en cuatro oportunidades, de las cuales los albicelestes ganaron tres –uno en el Mundial 1998– y empataron una.