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Boca ya está en San Pablo, donde mañana disputará el encuentro revancha por la final de la Copa Libertadores de América ante el Santos de Brasil, al que derrotó 2-0 en el cotejo de ida que se jugó en la Bombonera. El entrenador Carlos Bianchi esperará hasta la tarde de hoy para dar la formación de su equipo, en la que la única modificación sería el ingreso de Javier Villarreal por el delantero Guillermo Barros Schelotto, quien padece una molestia muscular y ayer no pudo entrenarse con el resto de sus compañeros. En el Santos, el entrenador Emerson Leao comenzó a trabajar psicológicamente sobre su joven plantel para convencerlos de que es posible derrotar a Boca y quedarse con la Copa a pesar de los dos goles a favor que tienen los argentinos, aunque la mayoría de los jugadores ya apuesta a los penales.
“Somos conscientes de que salir campeón de un país es una cosa muy linda, pero ganar el torneo en el que juegan los mejores equipos de cada país es algo superior”, afirmó Bianchi con la intención de reforzar el ánimo de sus dirigidos de cara al partido ante el Santos, que los tiene como favoritos, y de paso poner un paño frío sobre el reciente título obtenido por River en el ámbito local. “Ojalá podamos ser primeros, pero si no, seríamos los segundos de América entre los mejores clubes de cada país”, insistió Bianchi, quien ya conquistó la Copa Libertadores con Vélez en 1994 y con Boca en 2000 y 2001.
Para ponerle un poco de condimento a este encuentro decisivo, el entrenador de Boca señaló: “Nosotros esperamos tranquilos como hemos esperado todos los partidos que hemos jugado de visitantes”, dijo en clara alusión a los buenos resultados obtenidos en el exterior en las instancias previas a la final, como el 4-2 al Paysandú en octavos, el 2-1 al Cobreloa en cuartos y el 4-0 al América de Cali en las semifinales.
Por su parte, el Mellizo Guillermo –quien no jugaría el encuentro por una lesión: “Son muchas las posibilidades de que juegue Villarreal”, adelantó Bianchi– se refirió al partido y comentó: “Ellos pueden hacer dos goles, es cierto. Pero mientras tanto, Boca es favorito por la ventaja conseguida en la Bombonera”. El plantel se entrenó ayer en el Casa Amarilla y tras almorzar en un restaurante cercano al aeropuerto de Ezeiza, partió en vuelo charter rumbo a San Pablo, donde se alojó en el Novotel Morumbí, que ya ocupó en la anterior final de la Copa, cuando le ganó en 2000 al Palmeiras.
En el Santos, Leao dedicó gran parte del entrenamiento de ayer para convencer a sus dirigidos de que es posible ganarle a Boca por dos o más de diferencia y esa convicción se contagió a los hinchas, que no dudan de que el equipo brasileño dará la vuelta olímpica y ya agotaron las entradas para colmar el Morumbí. “Estamos muy ansiosos y confiados. Nadie va a dejar pasar esta oportunidad. El objetivo es ganar por 3-0, pero si es por 2-0 y vamos a los penales estará muy bien”, apuntó Diego.