La FIFA, a través de un comunicado, negó ayer la posibilidad de suspensión de la Copa Confederaciones, que se desarrolla en Brasil, por las protestas sociales en ese país, de las cuales ya participaron un millón de ciudadanos el jueves último. El mensaje de la FIFA indica que la entidad que regula la actividad del fútbol profesional en el mundo está en contacto “constante” con las autoridades brasileñas, y remarcó que tiene “total confianza” en las medidas de seguridad implementadas. La entidad apuntó que ninguna de las ocho selecciones que participan del torneo (Brasil, España, Italia, México, Uruguay, Tahití, Nigeria y Japón) sugirió la chance de abandonar la competición. Esto se debe a las versiones de que los italianos habían amenazado con irse de Brasil.

Un micro de la FIFA fue apedreado el jueves, durante una manifestación en Salvador, cerca del estadio Fonte Nova, donde Uruguay derrotó 2-1 a Nigeria. La Copa FIFA Confederaciones se disputa desde el 15 hasta el 30 de junio en Brasil, país donde se disputará el Mundial de fútbol el próximo año. El certamen congrega a los campeones de cada continente, al ganador de Sudáfrica 2010 y al organizador del Campeonato del Mundo 2014.

La intención de la FIFA es esperar a ver qué sucede con el cierre de los grupos, donde se enfrentarán hoy el local ante Italia, y los eliminados México y Japón; y luego mañana con los cruces entre España frente a Nigeria y Uruguay ante Tahití. Si en esos duelos no hay ningún hecho de violencia en ese país, el torneo se desarrollará con normalidad hasta su finalización. De lo contrario, se tomaría una medida extraordinaria que podría interrumpir el certamen.