En pleno desarrollo de la Copa de las Confederaciones, y con las obras para el mundial del 2014 a medio realizar, una importantísima pueblada parece poner en jaque con lo establecido en Brasil. Mientras los campeones de las organizaciones futbolísticas de todo el mundo juegan sus partidos de acuerdo con lo programado, voces contrapuestas se alzan respecto de la realización de la Copa del Mundo el año próximo.

Por ejemplo Pelé, que como es conocido su paradigma cuando del prójimo se trata es el “menefreguismo”, insistió en que no hay que hacerles caso a las protestas. En parecida postura se colocó Ronaldo –el “ex gordo”–, respecto de organizar el mundial del 2014 a cualquier costo. Pero la solidaridad y la sensatez aparecieron en las declaraciones de Neymar y Rivaldo, en cuanto a destinar fondos a salud, alimentación –qué lejos quedó la promesa electoral de Lula: “Por lo menos tres comidas diarias para todos los brasileños”–, educación y vivienda. En el mismo sentido el gran Romario, ahora diputado, antes crack indiscutido, lapidó la postura de Edson Arantes do Nascimento: “Pelé callado es un poeta”.