Jueves, 21 de noviembre de 2013 | Hoy
DEPORTES › OPINIóN
Por Pablo Vignone
Con la clasificación de Uruguay cerrando el grifo de los nominados a la fase final de la Copa del Mundo, el repaso de la lista de las 32 selecciones habilitadas demuestra, una vez más, que están todos los que tienen que estar. Como no podía ser de otra manera.
No se trata solamente de que el negocio se cuida a sí mismo. No hubo esta vez una mano escandalosa como la de Thierry Henry cuatro años atrás ni otras situaciones rayanas con lo increíble en este cierre precipitado de entrega de pasaportes que resultan ser los repechajes. Están todos los campeones del mundo, como en Sudáfrica 2010, aunque ahora se sumó España a la lista. Y los mejores futbolistas del planeta, también.
Es cierto, falta el pase más caro, el galés Gareth Bale, por quien el Real Madrid pagó cien millones de dólares. Varias de las figuras del campeón de Europa, el Bayern Munich, también estarán ausentes, como el polaco Robert Lewandowski o el austríaco David Alaba. Por supuesto que faltará Zlatan Ibrahimovic, luego de caer con hidalguía en su duelo entre colectivo y personal con Cristiano Ronaldo. Y no jugarán el Mundial futbolistas como Petr Cech o Marek Hamsik, pero la lista se acaba poco después. Es la lista de los que no van. La otra, la de los grandes jugadores que se preparan para viajar a Brasil, es inmensa y desborda los límites de estas ideas.
¿Qué selecciones importantes se quedaron afuera? En Europa podría decirse algo así de Suecia o Dinamarca, Austria o Escocia, Polonia o Ucrania (casualmente los organizadores de la última Eurocopa), nada que conmueva los sismógrafos del fútbol. De Sudamérica pudo sorprender la ausencia de Paraguay, que en el Mundial anterior había llegado a cuartos de final. Pero no fue sorpresa porque los paraguayos llegaron a la final de la Copa América de 2011 a base de empates sin goles y la salida de Gerardo Martino terminó de hundir sus esperanzas. Con un poquito de maldad se podría afirmar que, así como Perú frecuentaba el Mundial cuando Teófilo Salinas era dueño y señor de la Confederación Sudamericana (y fue por última vez en 1982...), Paraguay se hizo habitué de la Copa del Mundo una vez que Nicolás Leoz aferró el cargo; pero el carcamán guaraní dejó ese cargo en abril pasado en medio de fuertes denuncias por corrupción y la Selección, que tenía asistencia perfecta desde Francia 1998, casualmente no puede jugar el Mundial que organiza su vecino...
Lo que sugiere la lista de futuros viajeros a Brasil 2014 es que la cantidad es ampliamente suficiente. Con 32 plazas se asegura el concurso de las selecciones más encumbradas, sin necesidad de elucubrar pases mágicos, aunque la otra cara de semejante convocatoria revela normalmente una primera fase en general soporífera, con choques desparejos y tediosos. Eso fue particularmente cierto en Sudáfrica, aunque quizá no lo sea tanto en Brasil, a causa del remolino creado en la designación de las cabezas de serie, que derivará en algunos grupos fratricidas. Como que a la Argentina puedan tocarle dos rivales europeos, por ejemplo.
Están todos, no se precisan más. Los llamamientos a ampliar todavía más la gran casa del fútbol mundial –como hizo por ejemplo el presidente de la UEFA, Michel Platini, sugiriendo un Mundial con 40 participantes– son burdos ejercicios de demagogia, en la pretensión de reunir votos de países africanos y asiáticos en elecciones futuras. La convocatoria a la expansión puede venir también de la FIFA, siempre dispuesta a agrandar las oportunidades de sus sponsors, que en definitiva son las suyos. Los Mundiales son un gran negocio para la FIFA y uno pésimo para los organizadores. Ahí permanecen inactivos, como mudo recuerdo, la mayoría de los estadios que Sudáfrica erigió para su Copa del Mundo. El estadio de Ciudad del Cabo, en el que la Selección Argentina jugó su último partido en el Mundial, costó 530 millones de dólares; hoy, mantenerlo cuesta 6 millones anuales, que no pagan la FIFA ni la organización de la Copa del Mundo ni los sponsors, sino la propia ciudad. Cuando juega el Ajax Cape Town, de la primera división, van a verlo en promedio 4000 espectadores. El estadio tiene capacidad para 55 mil.
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